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Diabéticos van a cambiar la jeringa por pastillas

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Farmacéutica que investiga la insulina para la toma oral garantiza que no desistirá de la idea de sustituir las «estigmatizantes» inyecciones. Y avanza con un nuevo antidiabético en comprimidos. La ciencia ha dado pasos importantes para la cura de la diabetes tipo 1.

La diabetes aumenta a una velocidad vertiginosa, es la pandemia del siglo XXI. Alcanza a más de 420 millones de personas en todo el Mundo y dentro de 25 años habrá más de 700 millones los afectados. Es una pesada carga para los pacientes, un sumidero de recursos económicos de los países y un desafío permanente para los científicos y la industria farmacéutica. En las últimas décadas se dieron pasos importantes en la investigación y en los próximos años pueden ser decisivos para los pacientes.

Cada vez hay más esperanza en la cura de la diabetes tipo 1, que aparece más a menudo en los niños y en los jóvenes. Para esta enfermedad autoinmune que destruye las células del páncreas encargadas de producir insulina, la investigación con células madre se parece cada vez más prometedora.

La farmacéutica danesa Novo Nordisk, el mayor productor mundial de insulina, está en la vanguardia de la investigación en esta área. Durante las últimas décadas, los científicos se centraron en el uso de las células madre para reproducir las células beta, productoras de insulina. Y lo consiguieron, pero el problema era descubrir cómo trasplantarlas para el organismo sin que el sistema inmunitario volviera a atacarlas.

Según anunció recientemente la Novo Nordisk, la compañía que la de «Noticias Magazine» fue invitada a visitar en mayo, hay avances significativos en el desarrollo de una especie de cápsula para proteger las células beta de los ataques del sistema inmunitario. Novo Nordisk prevé iniciar el primer ensayo clínico dentro de pocos años.

Ya que el tipo 2 de la diabetes es un rompecabezas para los investigadores. Se encuentra en una edad más tardía, como consecuencia de los estilos de vida del mundo desarrollado donde la obesidad y el sedentarismo ganan terreno. La inmensa mayoría de los diabéticos (90%) tiene este tipo de la enfermedad y no hay perspectivas de curación, por lo menos en un futuro próximo. Sin embargo, ha habido avances significativos en la tecnología y en los fármacos para controlar la progresión de la patología y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

La sustitución de las inyecciones de insulina por las píldoras es la idea más ambiciosa. La investigación ha sufrido un revés en el último año, pero aún no ha sido abandonada.

Falta una pieza del puzzle hasta el «santo grial»
Novo Nordisk persigue este objetivo desde hace años. Llegó a hacer ensayos clínicos de insulina en pastillas, pero en noviembre del año pasado anunció la suspensión de las pruebas, porque los resultados a nivel de la absorción de la insulina por el cuerpo no eran satisfactorios en términos clínicos. En la situación actual, para que un comprimido de insulina hiciera el mismo efecto de una inyección, era necesario aumentar la producción de esa hormona para niveles insostenibles.

Falta una pieza del rompecabezas: descubrir el mecanismo que permitirá conducir la molécula hasta la corriente sanguínea. «No desistimos. Hemos hecho avances muy significativos. Cuando empezamos a hablar de la insulina oral, hace más de dos décadas, la competencia llegó a reírse de nosotros. Ahora ya nadie se ríe», remarcó Mads Thomsen, uno de los vicepresidentes de la compañía, durante una conferencia para periodistas de todo el Mundo. Para Thomsen, transformar las inyecciones diarias en medicamentos orales será el «santo grial» de los pacientes. «El pinchazo en el dedo, duele más, pero los diabéticos no les gusta inyectar, a nadie le gusta, es estigmatizante», explicó.

También hay otras soluciones, como la insulina inhalada, comercializada en los Estados Unidos, pero la aceptación no ha sido la esperada, porque la absorción no es tan eficaz como las inyecciones, señala a la NM Terrance, director clínico de la Asociación Protectora de los Diabéticos Portugueses (APDP).

Mientras que la insulina oral no avanza, a Novo Nordisk sigue empeñada en convertir a otros inyectables en comprimidos. Es el caso del GLP-1 (peptídio similar al Glucagón 1) que es administrado a pacientes con diabetes tipo 2. Este antidiabético llegó al mercado en los años 90, en una fórmula inyectable de aplicación diaria (liraglutide), y años después se convirtió en una fórmula de administración semanal (semaglutide), así es más cómodo para los pacientes. Dentro de algunos años será un comprimido. Los resultados de la fase III de los ensayos clínicos para la versión oral del semaglutide fueron positivos y la compañía cree que puede llegar al mercado en 2023.

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