¿Cuánto más se jodió el Perú?

Y NOS SEGUIREMOS JODIENDO SI NO HACEMOS NADA CONTRA LOS PARÁSITOS QUE NOS GOBIERNAN

Gracias a Pysnnoticias nos  podemos comunicar libremente (sin censura) con usted y en forma rápida e intercambiar puntos de vista y análisis, con el debido respeto. Por eso, les envio algunas reflexiones de archivo ¿Cuándo se jodió el Perú? un material para reflexión, análisis y comentario: debatirlos si es posible.

Particularmente, no tengo compromiso ni soy «ayayero» de nadie, por eso no me atormenta mi conciencia. Cuando escribo algo, lo hago de corazón y no para salir del paso, sino para crear análisis y provocar un debate, si no es así mi trabajo no vale «ni mierda», mejor lo rompo y lo tiro al tacho de basura.

Sostengo que el archivo que difundí, es una interesante reflexión sobre el diario accionar de nuestra clase política, sus desaciertos y faenazos por décadas en medio de un carnaval de frivolidad. Pregunto, ¿Cuántas veces más se seguirá jodiendo el Perú? Y esto lo vivimos  más de 60 años, para otros puede ser 40 o 30 años jodidos, arrastrando páginas de golpes, vacancias, de la hipócrita clase política de todas las corrientes,  responsables de nuestro atraso.

¿La prensa, vendida y la Iglesia? De ese personaje llamado  Tuesta Soldevilla, exjefe de la ONPE, que escribió La Reforma Política a su medida? Un «caserito de consultorías» del JNE, que sólo nos ha traido un copy pega de legislaciones de otros países, que nunca ha militado en un partido. Que se vende como experto en pitufeo en órdenes de servicio para sacarle la vuelta a la ley? No olvidemos que el desastre de partidos políticos con “dueño” que tenemos, es gracias a su reforma política? Gracias a estas garrapatas tenemos un Estado lento, corrupto, burocrático, inepto e ineficiente… con todas las plagas, habidas y por haber.

Yo creo en la democracia (aunque muchas veces en su nombre peligre la libertad de prensa, se cometan abusos, persecuciones, expropiaciones, desapariciones, violaciones de los DD.HH. etc.) porque tiene ingredientes esenciales como la libertad, la igualdad, la justicia, la soberanía, la independencia y el mandato de la mayoría. El pueblo elije a sus autoridades (así metan la pata).

La democracia no es una técnica electoral aunque la hayan degrado a ese nivel ¿Pedro Castillo, un profesor de tercero de primaria  llegó a la presidencia sin saber leer ni escribir? ¿Imaginemos a «Antauro Humala» de presidente? ¿A Susel Paredes? Toda una frivolidad o una «protesta» contra la clase miserable de políticos corruptos? ¿Carlos Alvarez, lo está pensando? ¿Un «outsider» político,  que la prensa y encuestadoras nos enchufen?

Como estaremos tan jodidos que el «lagarto» Vizcarrra, responsable de la muerte de más de 200 mil peruanos durante la pandemia, sigue libre con chuchunal de denuncias por corrupción,  figura en las encuestas para la presidencia de la república 2026, con posibilidades!

De todo ello deducimos que el Perú jamás ha vivido en democracia y desde 1821 hasta el momento, la corrupción y la violencia se han convertido en la más genuina expresión de la política peruana o del poder, donde no sabemos que es más violento: una teta o un fusil. Donde grupetes de pillos, comechados, garrapatas disfrazados de políticos, mesías,  redentores, militantes con piel de oveja, nos siguen metiendo el dedo.

ESTO NO ES CUENTO

» Tras una cadena de presidentes con graves acusaciones de inmoralidad en los últimos 30 años, es indudable que la mezcla de corrupción e impunidad, debemos subrayar, ineficiencia y demagogia en el manejo de la deuda Social, han marcado un hito negativo en nuestra historia real y esto no  tiene precedentes. La corrupción en nuestro país siempre acecha en las esferas del Poder y con mayor énfasis si el poder es absoluto, tal como lo precisa Lord Acton.

El acelerador habitual es la impunidad que, de una u otra forma, se ha manifestado como consecuencia de una corrupción sistémica al interior de los organismos del Estado: como el caso Odebrecht, los Cuellos Blancos, «el lagarto» Vizcarrra, los escándalates de la JNJ y JNE, la interferencia del PJ contra el Congreso, los mocha sueldos y niños del Congreso, Pedro Castillo, su familia y amigotes, los viajes frívolos de la presidenta Dina Boluarte…

La violencia e inseguridad ciudadana en todo el territorio, genera una crisis económica y social en el país que hasta hoy se cubre de mierda. Los sucesivos gobiernos son parte de esa nefasta combinación que nos lleva a tener hoy, a tres expresidentes en la cárcel; Fijimori, Toledo y Castillo uno con detención domiciliaria, PPK y otros dos con graves denuncias pendientes, Humala y Vizcarrra, lo cual refleja el grado de putrefacción.

Claro está que en esta crisis de valores la prensa vendida han jugado un rol importante, manipulando e influenciando en la opinión pública, con los resultados que actualmente padecemos».

Para obviar esta ausencia o falta de la democracia en nuestro país,  ignorar de manera ex profeso dicha existencia, se recurre a «cortinas de humo» echando la culpa de todo a Fujimori o lo más fácil, críticar a gobiernos de otros países en un afán de evadir nuestros problemas.

Se practica la actitud del avestruz ya que cada vez se toca la problematica social peruana se busca justificar la injusta situación de los más pobres del Perú, llevando la plática hacia otras realidades abandonando la realidad de los que menos tienen. ¿Lobotomía? Lo que nos debe interesar a los periodistas independientes, es que podamos hacer «algo» para cambiar la conducta social de nuestra clase política, para encaminarlos a la justicia social o denunciarlos.

Sin este compromiso, jamás conseguiremos objetivo alguno aunque muchos colegas se llenan la boca con la palabra democracia y se autodenominen indebidamente demócratas. La tolerancia tiene que estar entre las partes principales de la conducta de un demócrata porque la tolerancia es enemiga de toda actitud violenta.

Por eso decimos y creemos, aunque muchos guarden silencio ¿los periodistas tenemos derecho de dirimir entre lo que los peruanos opinan, así estén equivocados? No estamos obligados a seguir la politica del «mono», no ver, no oir, no hablar? ¡Vale, un carajo!