Las enfermedades crónicas causan 550 mil muertes al año en Europa

Las enfermedades crónicas (DC) son responsables de la muerte prematura de más de 550 mil personas en edad activa por año, en Europa, lo que corresponde a cerca de 3,4 millones de años potenciales de vida productivos perdidos.

Los datos, referentes a 2016, figuran en el informe «Health at a simple vista» de la OCDE, que reconoce que las DC, como las enfermedades cardiovasculares, respiratorias, diabetes y problemas mentales graves, tienen un impacto muy negativo en el mercado de trabajo.

Dificultad en conseguir un trabajo y situaciones de la jubilación anticipada con disminución de ingresos son algunos de los impactos mencionados.

En Europa, ocho de cada diez personas con más de 65 años viven con enfermedades crónicas y más de 70% de los presupuestos de la Salud son los gastos en el tratamiento de estas enfermedades, de acuerdo con datos del proyecto europeo JA-CHRODIS, que en España cuenta con la participación del Instituto Nacional de Salud Doctor Ricardo Jorge (INSA)

En España, se estima que de cada diez ciudadanos, cuatro tienen más de dos enfermedades crónicas.

La Encuesta Nacional de Salud con Examen Físico, promovido por el INSA y divulgado en 2017, ha detectado una elevada prevalencia de la hipertensión arterial, la obesidad y la diabetes, así como altos niveles de sedentarismo, el consumo de bebidas alcohólicas y la exposición al humo del tabaco.

Las DC tienen, todavía, un peso significativo con prestaciones sociales, de acuerdo con los datos de la OCDE: 1,7% del PIB de la unión europea se gasta anualmente en prestaciones por discapacidad y en las bajas médicas, que es más que el gasto en subsidios de desempleo.

La OCDE sostiene que se necesitan más esfuerzos para prevenir estas enfermedades, así como mejorar la integración de estos pacientes en la sociedad, de manera a reducir los impactos negativos de las DC en el mercado de trabajo y fomentar una mejor calidad de vida.

Tenga en cuenta que la falta de políticas, que contravengan esta situación, cuesta a la Unión Europea alrededor del 2,5% del PIB por año.