Candidatos lorchos a la presidencia ofrecen crear más cárceles para choros, asesinos y narcos

Se habían olvidado de «burbujito» Beingolea, sus rivales ni la prensa vendida lo tomaron en cuenta, menos las encuestadoras, sin embargo se la llevó de encuentro a la rojimia Verónika Mendoza,  cuando dijo «los de izquierda se han enterado de nuestras reservas y ahora se lo quieren gastar todo», así son lo izquierdistas todo lo ven bono, populismo que ya se sabe como termina. El candidato del PPC, claramente fue el mejor del debate ya que apeló a solucionar los problemas desde la base en cada tema explicando con sustento, mientras los demás solo se preocuparon en lanzar sus programas sin argumentar el fondo y atacarse. No todo LO QUE SE PROMETE EN UN DEBATE ES UN PRELUDIO DE LO QUE SUCEDERÁ ESTE 11 DE ABRIL. Los electarados  deciden su voto en la misma cola de los comicios, es emocional.

En el primer día de debate organizado por el JNE, los candidatos Verónika Mendoza (Juntos por el Perú), George Forsyth  (Victoria Nacional), Alberto Beingolea (Partido Popular Cristiano), Keiko Fujimori (Fuerza Popular), el cura Marco Arana (Frente Amplio), y «Plata como Cancha» Cesar Acuña (Alianza Para el Progreso), dentro de sus planes en la lucha contra la inseguridad ciudadana y contra la corrupción ofrecieron crear más cárceles-sin sustentar de donde sacaran la plata-, reformar a la Policía Nacional del Perú (PNP), devolver a los agentes policiales el principio de autoridad, con «la mejor formación posible», en base la especialización de los agentes en rubros como delincuencia común, crimen organizado, narcotráfico y atención a víctimas de la violencia hacia mujeres y niños, contratación en cinco años de 100 mil reservistas;  aumento del sueldo de la Policía; y finalmente, la implementación del plan Comisarías en Red. Con estas propuestas no llegamos a ningún sitio, todo seguirá igual.

Se las hago muy fácil, porque no presentaron una REFORMA INTEGRAL EXITOSO SIN CONSTRUIR MAS CÁRCELES tipo Singapur, ASI DE SIMPLE.  Antes de 1960 Singapur era uno de los países más violentos del mundo y, debido a su cercanía con Malasia y China, era uno de los lugares de mayor tráfico de drogas, asesinatos,  lo cual era el pan de todos los días. Había impunidad y malos manejos del gobierno. Las mujeres no podían salir de su casa por miedo a ser abusadas sexualmente y después asesinadas. Era una ciudad sin orden y con un gran índice de tráfico de influencias, eso sin contar que era denominada una de las ciudades más sucias de Asia, y con un tremendo desorden vial.

Así como en el Perú en 1980 apareció el terrorismo con Sendero Luminoso-que se había cobijado en el gobierno militar-,  en Singapur, el terrorismo y asesinatos  aparecieron con mayor violencia en la década del 2000. Al llegar al poder Lee Hsien Loong  en 2004, se produjeron grandes cambios que se pueden catalogar como represivos y radicales, pues atacó fuertemente las drogas, la corrupción y las violaciones de las mujeres, lo que produjo una reducción fantástica de la inseguridad, siendo actualmente uno de los países más seguro del Asia.

En las cárceles había más de 500,000 presos, pero seis meses después, sólo quedaban 50 mil. Se adoptó la pena de muerte y el trabajo forzado para los criminales confesos, narcotraficantes y violadores probados. Si reincidían, eran condenados a muerte. El gobierno de Lee Hsien Loong, fue más lejos todavía, se decretó que toda figura pública corrupta (políticos, policías, militares, etc.) fuera condenada a muerte (eso sí, siempre y cuando se cuenten con pruebas sólidas que los involucre). Donde hubo cárceles se construyeron colegios y universidades.

Hoy Singapur cuenta con los mejores centros educativos del Asia, y sus estudiantes por regla general hablan tres idiomas. Su Universidad Nacional ocupa el lugar número 30 entre las mejores universidades del mundo, según el Suplemento de Educación Superior del Times de Londres. Comparativamente, la mejor universidad de América Latina en ese ranking es la Universidad Nacional Autónoma de México, que ocupa el lugar 150. La nación asiática cuenta con una fuerza laboral de las más calificadas, y muchas empresas extranjeras operan desde ahí por su seguridad y productividad.

Para los ojos del forastero, y de algunos organismos de Derechos Humanos, el modelo que fue implantado es realmente restrictivo, y con tonos autoritarios en lo jurídico, pero estas medidas han logrado su objetivo, forzar un cambio de postura en la conducta del ciudadano, y crear valores entre la población que le den seguridad a sus habitantes. Goza internacionalmente de uno de los índices más bajos en criminalidad y violencia entre los países asiáticos y del mundo. Pero no sólo eso: también es el país que erradicó la inseguridad y la delincuencia con la pena de muerte. La pena capital se instauró como norma en el año 2013.

Sobre los delitos de abuso sexual y otros menores, en Singapur se publica actualmente el nombre de los violadores y se televisan los juicios. Incluso implementan otra curiosa medida como lo es la de habilitar a personas que en parques o espacios públicos, van vestidos de basureros, pero que tienen como finalidad la de detener delincuentes para ponerlos a trabajar. Los diarios locales publican diariamente las fotografías de los delincuentes y además hablan sobre los delitos que han cometido, condenándolos socialmente para luego llevarlos ante la Justicia, de modo tal que sepan que no pueden hacer lo que quieren y que su accionar tiene consecuencias.

En Singapur, el sistema es parlamentario, pero con la depuración de la Policía, el sistema judicial y el político, más una nueva legislación, le permiten al país gozar de una sólida estabilidad, en donde el contrabando y la posesión de drogas puede originar cadena perpetua o pena de muerte.  ALGÚN DÍA  NUESTRAS AUTORIDADES COMPRENDERAN QUE LA UNICA FORMA DE ACABAR CON LA VIOLENCIA, CORRUPCION, NARCOTRAFICO, ASESINATO  ES CON LEYES DRASTICAS Y QUE SE CUMPLAN, NO HAY OTRA FORMA?