Rambo declara guerra a la cultura woke: el contenido es políticamente correcto y LGTB es basura

Al final las transnacionales sólo recogen lo que han sembrado.

Será verdad que la «ideología woke»  y «progresista» se imponen desde arriba? Es posible. Esto explicaría por qué la siguen aplicando a pesar de que les implica pérdidas millonarias a la industria del entretenimiento.

Primero, veamos que es la «ideología woke»? Para, Samuel Hayat, investigador de política en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia, muchos en los sectores tradicionales de este país europeo ven al «woke» como una atroz importación «yanqui» de teorías sobre la raza, el poscolonialismo la ideología de género, que, según ellos, suponen un riesgo para los valores y la identidad.

Segundo, Irving Kristol, el padre de los neoconservadores, le dijo una vez a Joseph Epstein: “Las guerras culturales terminaron. Perdimos.” Lo hizo en un contexto en que la derecha religiosa en Estados Unidos había sido alcanzada por diversos escándalos y se acababa de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. A juzgar por las circunstancias actuales puede que hubiera estado en lo cierto. La agenda progresista, con énfasis en los derechos de la comunidad LGBTQ y las minorías étnicas, ocupa hoy el centro de los debates políticos, y de las principales producciones realizadas por la industria del entretenimiento. Cada vez más la puja redistributiva cede terreno frente a las llamadas luchas culturales. Es decir, se ha conformado una sociedad que es políticamente interpelada desde su identidad, sexual o étnica, antes que por su clase.

Tercero, aquí están los resultados: Budweiser ha perdido 15,7 mil millones su valor. AT&T ha perdido 10 mil millones su valor.
Los servicios de «streaming de Disney» pierden mil millones por trimestre. Netflix ha perdido 9 mil millones su valor.  Target ha perdido 9 mil millones su valor en una semana!!!  Stanley Black & Decker en estan en lista. Han despedido a dos mil trabajadores sin liquidación (los hicieron renunciar). Ya no encuentran la salida.

Go woke, go Broke!

Ojalá se vayan todas estas empresas a la bancarrota. La cultura woke o «progre», además de discriminatoria, es absolutamente perjudicial para la salud física y emocional de la gran mayoria de ciudadanos en el mundo-especialmente de los niños- hoy la mayoría de consumidores rechazan categóricamente la basura woke o «progresista».

Cuarto, estás productoras buscan solo ganancia monetaria con sus producciones? No. Lo ven como una «inversión», para ir moldeando opiniones de futuros consumidores. Cuando los norteamericanos van a producir una película… Empiezan a trabajar las agencias de noticias… comiendo el cerebro de cinéfilos.

Ejemplo de penetración ideológica nortesmericana, las películas de «Rambo», «Comando», «Perdidos en Acción», etc sobre la guerra de Vietnam, hicieron que los jóvenes creyeran que los EEUU nunca perdió la guerra y que los yanquis son los héroes del mundo? Los vigilantes de la paz? En todas sus películas flamea la bandera norteamericana.

Ahhh… esperen que ya viene la nueva superproducción de Netflix: «Atahualpa»…NEGRO!!! Mañana saldrá un Atahualpa…chimbombo??? Cambian la historia.

Como vemos, si estas empresas siguen concentrándose en el 10% de la población, mientras cabrean al 90% restante, acabarán bancarrota…

«Esas ganas de idiotizar al publico con contenido basura ya no da mas: el consumidor despertó, saben que el virus woke… es una ideología identitaria cercana al facismo».

«Que la izquierda y progresistas dominan las universidades, los medios, las oenegés y todos los campos de la cultura popular (arte, música, teatro, libros, cine, etc)».

«Que detrás de todo hay un fondo mundial, que les repone las perdidas cuantiosas que tienen estas campañas woke que fracasan, es «una maquinaria de imposición» bien jodida y muy bien financiada».

«Que la Unión Europea exporta ideología de genero, del abortismo y woke y la quieren imponer bajo chantaje a todos los países a los que ofrece ayuda. Un colonialismo ideológico con imposición de toda la agenda de la izquierda que resulta intolerable y ofensivo».

Otro que apoya con sus millones de dólares a la ideología woke, es nada más que George Soros.