Escritos Fantasma

Y de repente, no supe que más escribir…
En medio de esta locura innata y de la cual aparentemente no hay remedio que muchas veces, en noches como ésta… Me dedico a escribir, sea algún escrito político, ensayo filosófico o un cuento del que probablemente sea yo mero entendedor.

Las ideas no se agotan, pero el saber como expresarlas sí; el conocimiento humano es quizá una de las cosas más maravillosas que una divinidad, quienquiera que sea, haya podido darnos a nosotros los hombres y, sin embargo, es a la ves la maldición mas grande en la vida, el conocimiento es una bella maldición… Una que te sumerge en un mundo diferente y que te hace ver cosas que antes no veías y que, muy probablemente, tampoco querías ver.

No me considero una persona con un conocimiento basto, pero si reconozco que el amor a la sapiensa es una adicción incontrolable que, en reiteradas ocasiones, me ha salvado y a la vez condenado en diferentes situaciones. El «solo sé que no se nada» podría ser en esta ocasión un salvoconducto, una excusa, para volver a coger un libro y empezar a replantear la existencia de algún conocimiento extinto o redescubrir algo que olvidado estaba.

Y es que el ser periodista o escritor aficionado, así como las demás profesiones puede llegar a ser saturador, ¿No es acaso que somos humanos después de todo?; amor a mi carrera tengo y de sobra, pero uno también se cansa de escuchar su canción favorita por mucho tiempo, o se hostiga al tener que comer una torta de chocolate cada día.

Si simplemente se me acabaron las ideas, o tengo una sequedad literaria, eso no lo sé… Lo único que sé, lo único seguro en esta noche, es la necesidad que tengo de escribir, después lo demás puede esperar.

Que mejor manera de escribir esto con luna llena, de noche y sin una pizca de ruido molesto.

Que mejor manera de escribir esto, con una pizca de locura en una noche de primavera.