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Medicina

Tos Ferina, amenaza altamente contagiosa, los más afectados son los niños

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Su complicación puede afectar al sistema nervioso y el miocardio. Aunque esta enfermedad puede sufrirse a cualquier edad, los más afectados son los niños menores de cinco años.

Es una enfermedad infecciosa aguda altamente contagiosa a través de las vías respiratorias. Es causada por la bacteria “Bordetella pertussis”.

Se caracteriza por inflamación traqueo bronquial accesos típicos de tos violenta con sensación de asfixia, que terminan con un ruido agudo (tos convulsiva o convulsa) durante la inspiración.

Su complicación puede traer consigo daños en el sistema nervioso y el miocardio (tejido del corazón). Aunque puede afectar a personas de cualquier edad, es más freecuente en  los niños menores de 5 años.

Se difunde durante la primavera y el verano. Alrededor del mundo se han presentado más de 50 millones de casos con Tos Ferina, aunque esta cifra va disminuyendo gracias a la vacunación de los niños.

Pero aun así, con la alta cobertura de vacunas contra este mal, es una de las enfermedades con altos índices de muertes previsibles por vacunación. Estos ocurren en los niños que no son vacunados o recibieron una vacunación incompleta, ya que son tres dosis necesarias para completar la protección total del niño.

Tratamiento

El tratamiento radica en los antibióticos, macrólidos como la eritromicina o la claritromicina, si se inician suficientemente temprano en la etapa de resfrió.

Desafortunadamente, la mayoría de los pacientes son diagnosticados en el curso avanzado de la enfermedad, cuando los antibióticos pueden no ser muy efectivos.

Sin embargo, pueden eliminar la presencia de la bacteria en las secreciones y reducir rápidamente la capacidad del paciente para diseminar la enfermedad a otros.

La eritromicina se suele administrar en dosis de 50 mg/kg cada día, dividida en 2 dosis o un máximo de 2 g/día. El tratamiento debe durar 15 días.

La azitromicina se administra a niños 10 mg/kg en el día 1 y luego 5 mg/kg en los días 2 a 5 en dosis única diaria, mientras que en adultos se suele prescribir 500 mg en el primer día y 250 mg en los días 2 a 5.

El cotrimoxazol también puede ser usado para adultos a dosis de 800 mg cada 12 horas, por 15 días. La eritromicina está vinculada con la aparición de estenosis pilórica en recién nacidos sensibles.

Los bebés menores de 18 meses requieren constante supervisión, ya que la respiración puede detenerse temporalmente durante los ataques de tos. Se justifica la hospitalización de niños menores de 6 meses cuando la tos ferina es grave. Permite la creación de un mecanismo de vigilancia cardio-respiratorio estrecha y enfermería especializada durante la fase más crítica. De igual manera, se pueden administrar líquidos por vía intravenosa y garantizar el correcto estado de hidratación y la nutrición si los ataques de tos son tan severos que impiden al paciente tolerar la vía oral.

Prevención

La vacuna contra la tos ferina, se administra, en general, en combinación con la vacuna contra la difteria y el tétanos. Las autoridades de inmunización recomiendan que la vacuna administre a los 2, 4, 6 y entre los 15 y 18 meses de edad, y, posteriormente entre los 4 y 6 años. Mantener una buena cobertura de vacunación ha reducido drásticamente la morbilidad y la mortalidad de tos ferina.

La medida de control más eficaz es mantener el nivel más alto posible de inmunización en la comunidad (inmunización de grupo).

 

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