Algo Personal
¡El Clic de la China Domínguez!
El “Clic” de La China Domínguez
Por Jenny Zúñiga Mourão
En la fotografía, todo objeto frente a la lente se ha congelado y suspendido a distancia de lo perecedero en tan sólo un paradójico clic, para convertirse en una narración mítica con capacidad de adaptación y renovación. La labor fotográfica se ha proyectado aquí como uno de los principales medios cotidianos de la cultura visual contemporánea, de tal suerte que sus imágenes resultantes devienen “productos que nos ayudan a entender metafísicamente nuestra cultura, y a movernos en ella” (Fontcuberta, 2003: 13).
¿Quién es La China Domínguez?
Con esta pregunta inicio la semblanza a La China Domínguez que es realidad Antonieta Gamarra nacida en el Puerto de Chicama. El Puerto Chicama o Malabrigo es una localidad portuaria que se encuentra en la costa norte del Perú y forma parte del departamento de La Libertad a una distancia de 70 kilómetros de la ciudad de Trujillo. Las playas de Puerto Chicama son un paraíso para los surfistas, además se puede hacer otros deportes acuáticos tales como Su-Surf, Stand-up paddle, pesca.
Nacer con esta proximidad al mar, seguramente le proporcionó el entorno visualmente atractivo, que le permite espectar las maravillas del mar, empezando por el imponente rugir de sus olas, con esa fuerza hidráulica que caracteriza a nuestro mar Pacífico, que convierte a Chicama en un paso obligatorio para los surfistas del mundo.
Tuvo el entorno preciso con amor, que le dio sabiduría, le enseñó como mirar más allá en la vida y en la noticia, aprendió en la niñez que siempre tenía que dar un poco más a la vida, es así como siempre retorno a la redacción con un agregado personal de impacto social, que hoy ella misma defiende. Sostiene que no hay otra forma de mirar.
Las fotógrafas demostraron que las mujeres pueden hacer de la fotografía su oficio y del coraje, su arma de guerra. Hoy las redacciones son ocupadas cada vez con más frecuencia por mujeres que, cámara en mano, salen a dar batalla, como lo hizo ayer La China Domínguez.
La China a través de su arte fotográfico, nos enseña a ver la realidad de nuestro país, desde el lado que pocos quieren mirar y que sí vemos los periodistas, vemos la realidad política social del país tal cual, la que no nos permite pestañar.
Le debemos un agradecimiento importante a La China Domínguez por todos sus años, en esta encomiable labor de perennizar el momento, fugaz a veces, lo que en realidad es rutina en el Perú, lo real era lo que ella quería mostrarnos con la fotografía ese mundo invisible que a veces no se quiere mirar.
Gracias por hacernos entender nuestra cultura a veces tan paradójica y siempre de espaldas a los más pobres de nuestro amado país, a veces se suele sentir tanto por la marinera norteña, el clásico U – Alianza y tan poco sentimiento por el hambre que padecen hasta hoy miles de niños peruanos, que aun sobreviven en extrema pobreza, niños que se van a la escuela sin desayunar y niños que salen a trabajar para mantener a su madre enferma. Imágenes que La China nos deja como legado para no olvidarlo.
Este 1ero de Octubre fue condecorada con la medalla del Amauta por la Federación de Periodistas del Perú, al cumplir 50 años como reportera gráfica. Su trabajo deja su Clic en nuestra retina, para no olvidar la realidad, su fotografía es el legado de la memoria histórica de nuestro país, que es endémica muchas veces por la indiferencia de los que llegan al poder.
A la China la recuerdo en las comisiones de política, la veía a veces sola frente a todos y nos observaba, a veces de reojo, yo también la miraba y me preguntaba:
¿Quién es ella?
la vi tantas veces en el Congreso de la República mientras coincidíamos en los pasos perdidos, en aquel tiempo asesoraba al presidente del Congreso de la República el Dr. Carlos Torres y Torres Lara y ella siempre era un ícono para mí, porque sabía que su Clic era muy acertado.
Era una tradición del presidente del Congreso realizar un trabajo informativo puntual y organizado, por eso ordenó que se realice en una sala principal las conferencias de prensa de la semana, todos los viernes, invitando a todos los periodistas de los pasos perdidos sin discriminación alguna. la prensa política asistía puntual, llegaba La China también, eran tiempos de inestabilidad política se había dado el cierre del Congreso el 1992 y aún el boche político se daba amenazante.
Su caminar firme y decidido, la presentaba otra vez como la mujer seria, lista para la foto. Sabía que los fotógrafos estarían atentos a todo, pero ella haría el primer clic para captar lo inusual, en algún ángulo impreciso a mi jefe, lo que no era oficial, entonces no la perdía de vista.
Era un Congreso impredecible en cada pleno se aseguraba un poco de circo de muy alto nivel, la reflexión de Henry Pease siempre sería importante, también la de Gloria Hélfer, al menos eran mis favoritos. En los plenos de aquella época, no se dormía nadie y la China tampoco, estaba atenta al punto que estaba acostumbrada a tomar la foto de frontis y la de atrás.
Sus hijas me dieron una bienvenida acogedora a su hogar, mi más grande agradecimiento para ellas que hacen el ambiente perfecto para convivir con amor a su lado, durante mi permanencia observé de cerca a la madre, la amiga, la matriarca, La China empoderada, daba órdenes todavía, y sus hijas siempre estaban muy atentas a sus pedidos. Quedo absolutamente agradecida a su hija Tania por su atención y predisposición para conversar con su mamá como tanto lo anhelaba.
La China de pronto hizo un silencio extraño, cerró sus grandes y expresivos ojos y apenada me comentó bajito, que dejó de cubrir noticias por un accidente en el centro de Lima, en plena labor reporteril, un poco complicado explicarlo, me dijo:
“Lo haremos después”
Eran tiempos difíciles y por su trabajo sobresalía, esa actitud aguerrida que no se separa de las reporteras gráficas como ella, traen a veces consecuencias, lamento lo sucedido, el tiempo inexorable le hará justicia.
Hace pocos días el Colegio de Periodistas del Perú le ha dado un justo reconocimiento a sus años como reportera gráfica, el cual merece una mujer real como ella, una colega inolvidable a quién tenía en la mira, por su especial silencio al realizar su trabajo, no importando el lugar de la comisión.
Conociendo a La China comprendemos lo que la fotografía es para ella. “En este trabajo tenemos que transmitir el espíritu del hecho tal cual, pero además captar la imagen, el verbo para que se transmita el hecho y esencia que se registra en el acto, para que otros aprendan lo que se deja como legado, a la memoria histórica del periodismo en el Perú.
La China es alta, de ojos café, de mirada que transmite confianza, sus manos cuidadas, sus largas uñas ahora que ya no hace los Clic con tanta rapidez y pienso en todos los Clic que disparó con estas manos, por las que el tiempo ha pasado inexorablemente para envejecerlas, estas manos que nos dejó miles de fotografías que hoy permite que la Federación de Periodistas del Perú prepare una exposición para mostrar los mejores Clic de La China Domínguez. Lo cual nos llena de orgullo.
Les pide a sus hijas que le pasen unas fotografías que tiene en un cajón de mesa de noche, y me las muestra muy orgullosa, me obsequia algunas, y me siento honrada. Ella estuvo en todos lados, cuando las papas quemaban, y se iban y venían nuevos mandatarios al poder.
Tiene registradas las marchas de todos los colores, con toda la creatividad de quienes salían a marchar para lograr un derecho como se estila en el Perú, a pesar de correr el riesgo de no ser jamás escuchados, pero la marcha es el inicio para reconocerse entre quiénes se reencuentran para lograr derechos humanos sin que nadie obtenga un beneficio internacional, quiero decir sin donaciones ideológicas.
La China se metía a la marcha con todo, también la he visto correr, porque tenía que llevar a la redacción las fotos de la comisión, pero también las fotos de su inspiración. Ella misma me comenta que se encargaba de traer el factor sorpresa en sus Clic, que muchas veces se convirtieron en portadas.
Así que Chicama le dio un sentido diferente a su vida, especialmente a sus ojos que por muchos años han trabajado incansablemente para traer la mirada diferente. Justamente esto la diferenció de otros fotógrafos de la época.
La China sigue siendo la misma mujer humilde, aunque ahora habla un poco más, ya no tiene sus recuerdos muy a la mano, como es propio de los años. Hoy nos ha recibido con una sonrisa maravillosa y un abrazo fuerte, aunque ya no tenga la misma memoria, y nos agradeció el venir en su búsqueda.
Como no hacerlo por ti Chinita, hace pocos días leí en los medios de comunicación que habías sido reconocida y me parece muy justo a tu labor y experiencia, pero sobre todo por tu don de persona, que jamás perdiste en ninguna comisión.
¡Celebro tu victoria!
Te vuelvo a preguntar quién es La China Domínguez otra vez, no te lo crees, respondes con mucha humildad, que eres la que eres y que disfrutas la vida intensamente, hoy y en el pasado, especialmente cuando recogías las noticias.
Recuerdo a La China, en algunos viajes reporteriles, muchas veces subiendo a los aviones del grupo 8, esos viejos aviones que aun trasladan a los peruanos a los sitios más inhóspitos del país. Los viajes no eran cómodos para la prensa, viajábamos apiñados casi en la cola del avión, sentados en la misma panza de este, porque no había asientos para los periodistas sólo para los Congresistas.
A La China nunca la vi impaciente en las comisiones, al contrario, parecía siempre que tenía todo el tiempo del mundo.
Siempre tuvo el cabello largo, color negro recogido, sus equipos de fotografía en un pequeño maletín. La China hacía política, como todos los que trabajamos alguna vez en política siempre estábamos desanimados, cuando no teníamos en más de 3 horas una noticia abridora, que nos hiciera reventar de emoción y llevar la pepa, el titular a la redacción.
Pero esto no la agitaba laboralmente a La China, porque ella preparaba con mucha creatividad su nota abridora, y en medio de la desolación sin pepa en el día, ella rastrillaba su cámara y tenía la mejor foto del día. Lo cual lo era todo.
La China activaba su cámara, apuntaba un objetivo, maniobraba su obturador para elegir la luz y tiempo apropiado de exposición, para perennizar la noticia.
En esta semblanza que tiene la misión de transparentar las vidas que valen la pena presentar públicamente, para conocer a los peruanos notables como ella, que se convirtió en un ícono del reporterismo gráfico, sólo por hombres, ella sobrevivió al convertirse en una de las primeras reporteras gráficas en nuestro país, lo cual la llevó a replantearse y a desarrollar nuevos espacios, para que la fotografía, el fotoperiodismo tengan un lugar en el Perú.
Por 50 años La China Domínguez ha estado en constante evolución en su forma de ver. Con ella tuvimos la posibilidad de conversar en las comisiones de política, algunos viajes y las esperas en las calles para capturar la imagen y el verbo al instante. Su trabajo tiene una transformación en el tiempo, pero sus temas han sido constantes, pobreza, mujeres, niños, drogas, la vida y la muerte.
Uno de sus amores es la foto retrato nos ha comentado que fue fundadora del diario La República. Conversamos de mil cosas pendientes, en la política, en lo social, la conversa nos ha llevado a episodios que recordamos perfectamente, porque la política en el Perú en todos los tiempos siempre hizo circo y eso no suele olvidarse.
“La China tiene una esencia que le permite ser la que es, como ella misma se define, por esta misma razón su forma de ver es única. Una forma de ver es una forma de ser.” Y esto es lo que me transmitió hace mucho tiempo La China cuando la observé cámara en ristre, captar algunas fotografías al paso. Como estas imágenes que ella misma elige para compartir esta tarde.
Gracias por esta charla de domingo en tu hogar, hemos recorrido juntas un poco del pasado reporteril, volver en el tiempo para recorrer tus inicios en la fotografía y cómo a través de los años has construido y fortalecido tu forma de ver, tu pasión por la fotografía.
Visitarla ha sido aprender muchas cosas que no sabía sobre la fotografía de La China, escuchar la comprensión de sus fotos es conocerla un poco más. A pesar de que durante las comisiones jamás se hacía notar, era la que se deslizaba lentamente esperando el instante preciso, analizaba la luz, el encuadre y se olvidaba por un momento en todo lo que tiene en la cabeza para centrarse en las escenas que inmortalizaba.
Capturó sus propias historias, nos enseña con su legado a contar la vida a través de la imagen como prefirió a su manera. En esta exploración, una fotógrafa peruana como la China Domínguez nos invita a descubrir que genera el impulso en cada una de sus fotografías. No se pierda el homenaje que le está preparando la Federación de Periodistas del Perú.
Con una gran sonrisa me comenta, que siempre fue encomendada para cubrir las comisiones de Palacio de gobierno y el Congreso de la República y en más de una oportunidad trató de imponerse a la dictadura del protocolo de las autoridades, que en muchas comisiones ellos mismos indicaban que fotos se debían tomar, así que ella cada día hacia todo lo posible, para fotografiar lo que no se permitía. ¡¡Buena Chinita!!
Recuerda que en una comisión con el expresidente Alán García después de la conferencia, retiraron del salón a todos los periodistas, pero ella se aisló del grupo y se quedó sentada en una silla en ese salón y no salió. El presidente García advirtió su presencia y le pregunto qué hacía en el salón y ella le respondió, que quería tomarle algunas fotos diferentes a las que habían permitido al grupo y Alan García amablemente accedió. Y lograr que Alan aceptara, tal insubordinación era una gran audacia y valentía reporteril.
Su propio estilo la ayudó a emprender un trabajo a su manera, de lo cual no se arrepiente, también recuerda que siempre había un machismo pronunciado en las redacciones, como en toda redacción hasta hoy, pero en la calle también, recuerda que los colegas le jugaban bromas, no reconociéndole aciertos de algunas geniales fotografías de su autoría, y con una sonrisa amplia recuerda, que los colegas le decían:
… “Esa foto es de tu esposo”.
La China Domínguez, es la viuda del famoso reportero gráfico El Chino Domínguez, Carlos Domínguez, sin duda le había dejado la valla muy alta, pero ella nunca se amilanó, al contrario, con mucha creatividad logró, que sus propias fotografías brillaran y que, en el pasado, fueran portadas.
Próximamente la Federación de Periodistas del Perú prepara una exposición de fotografías en homenaje a la China.
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