Nueva ala flexible de la NASA abre camino al avión del futuro

La industria aeronáutica ha pasado los últimos años buscando soluciones para conseguir que los aviones sean más eficientes desde el punto de vista energético y, de este modo, puedan reducir su huella ecológica. Ahora, la NASA y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han encontrado una forma de hacer los vuelos más eficientes, gracias a un nuevo tipo de ala flexible, más ligera que cualquier otro material, que abre el camino para la futura electrificación del avión, tanto para uso militar como comercial.

Este ala flexible tiene por objeto eliminar la necesidad de piezas móviles tradicionales, como ailerons y flaps, para controlar el movimiento de una aeronave, acopladas a una estructura fija rígida y movidas por motores hidráulicos.

En su lugar, este ala flexible está formada por una malla metálica que permite a toda la estructura mantener su rigidez en condiciones normales, mover solo las piezas necesarias cuando sea necesario y evitar el peso de motores adicionales. Esta malla metálica está cubierta por una fina capa de polímero del mismo material de la estructura, una resina de polietileno.

El resultado final es un ala mucho más ligera, usando menos material de base y que consume mucho menos energía. El material pesa sólo 5,6 kg por metro cúbico, con la misma rigidez de caucho, que pesa 1500 kg por metro cúbico. Cada uno de los triángulos que componen la malla se puede hacer con un molde en una impresora 3D en sólo 17 segundos, haciendo el trabajo de mantenimiento más rápido y más barato.

En lugar de utilizar motores para mover los componentes, los componentes ajustarán su posición según la presión aplicada cuando el avión deba moverse, volviendo automáticamente a su forma original cuando el material deje de sentir esa presión.

Ala flexible fue creada por dos investigadores del Centro de Investigación Ames de la NASA, junto con un grupo de estudiantes del MIT, antigua Universidad de uno de los responsables de este proyecto en la agencia aeroespacial americana. Para demostrar que el proceso funciona, los investigadores construyeron un ala de unos cinco metros, pero este no es el diseño final, sobre todo porque este tipo de estructura es más adaptable a cualquier otro tipo de diseño, más eficiente que una aeronave convencional. La estructura también puede utilizarse en otras aplicaciones, como puentes y otras construcciones de gran tamaño.