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Semana crucial para la democracia

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El presidente del Congreso de la República, pone los puntos sobre las íes: A quienes afirman que no tenemos legitimidad les digo que el 28 de julio del 2016, en elecciones democráticas, el pueblo peruano eligió a este Ejecutivo y a este Legislativo; y así nos dio legitimidad para gobernar durante cinco años.

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Ese es el mandato sagrado que emana de las urnas y que todos estamos obligados a cumplir hasta el 28 de julio del 2021, ni un minuto antes, ni un minuto después. El Legislativo, que me honro en presidir, no teme hacer cumplir la Constitución y las leyes. Es más, exige a todos los peruanos sumisión a estos preceptos republicanos. Las sociedades que progresan no necesitan llamar a los cuarteles, recibir dictados de oenegés, obedecer a turbas en las calles, atender al odio en los corazones y menos a campañas mediáticas para decidir su destino; por el contrario, se someten al imperio de la ley, respetan el Estado de Derecho y punto. El Tribunal Constitucional será renovado, según lo acordado por el Congreso de la República, el 30 de setiembre y yo haré cumplir ese mandato. Ese es mi compromiso.

Prosigue, «Los intereses políticos, por sí solos, no pueden cambiar la realidad de los hechos. Querer decir que ocurrió una cosa, cuando sucedió otra, es simplemente faltar a la verdad. Eso es lo que viene ocurriendo con algunos congresistas y algunas minibancadas que se han visto rebasadas por las circunstancias y por no tener candidatos para el Tribunal Constitucional. Como no los tienen, pretenden boicotear la elección de estos magistrados».

El presidente Vizcarra y los rojetes, creen que somos estúpidos y nos pueden seguir cojudeando a través de los medios mermeleros, que el pueblo pide el cierre del Congreso a fin de acabar con la corrupción! Un presidente mediocre como Vizcarra, puede ponerle plazos al Congreso de la República?

Señores, es evidente que el transcurso del tiempo, prueba la validez de las argumentaciones científicas. Y la ciencia política es el conocimiento de la virtud política, que beneficia a una sociedad como la nuestra. Está comprobado, que ninguna sociedad y cultura, representada en un estado civilizado, puede sobrevivir sin una interactuación, o alianzas estratégicas, con fines a un equilibrio justo, para la convivencia de una familia humana y multicultural.

Entonces, la ciencia política, tiene registros de experimentaciones de doctrinas políticas, en las sociedades, que dan por resultados beneficios sociales, o que han sido parte de una conciencia de tragedia social, a nivel nacional y mundial.

Y el milenio pasado con una conciencia social, donde la democracia sirve para demostrar, que una sociedad tiene una cultura civilizada, por la voluntad y poder ciudadano; o la democracia sirve, para que una sociedad se perpetúe la injusticia social y la inseguridad jurídica, por la inconciencia de su poder ciudadano, que permite gestiones de gobernabilidad con el rotulo de democracia, pero que evidencia la misma tragedia política, que perjudica a las sociedades, y es el poder de la estructura administrativa publica, sobre el poder ciudadano.

El milenio anterior a demostrado, que una democracia que disfraza la corrupción política, trae resultados de pobreza espiritual, cultural, jurídica, violencia, y pobreza para una nación, con implicancias para otras naciones.

De este modo, hay una verdad para la ciencia política, es la comprobación en el periodo de los últimos siglos, del milenio concluido, donde toda sociedad civilizada, elige políticamente un régimen de gobernabilidad, por elecciones democráticos, pero esto no significa, que todo régimen democrático, tenga doctrina política que es civilizado, por la inversión del poder y la legalidad ciudadana, por la ilegalidad que destruye el espíritu constitucional, de un estado en servicio al ciudadano, como fin supremo de la sociedad.

Y es la comprobación, que la visión política en la cultura social, del milenio pasado, de otorgar autoridad, a quienes ofrecen una vocación, de servicio al beneficio de la sociedad, obtiene la misma decepción social, de regímenes autoritarios, ignorantes, y proclives a implantar el delito y la impunidad, desde los inicios de la historia humana, y sus tragedias políticas, que comprometieron la desunión, desconfianza y guerras, que perjudica necesariamente a la sociedad, por ruptura del vínculo de cooperación cultural, científica, comercial, entre el ganador y el perdedor de la guerra.

Por tanto, desde las catástrofes sociales, ante doctrinas políticas en Europa, de un Hitler y su nacionalismo, democrático y obrero; que produjo en Oriente un imperialismo con una doctrina comunista, donde el estado prevalecía, sobre los derechos ciudadanos, y que se oponía al occidente, con su doctrina imperialista sobre el capitalismo, como el poder de gobierno, sobre el estado y el ciudadano; y mientras que el imperio de occidente se oponía, que en el medio oriente, el fundamentalismo religioso en algunas culturas, con la corrupción e ineficacia de gobernabilidad, se promocionaba el odio a otras naciones, y esta doctrina política sea usado culturalmente, para el beneficio de implantar temor al ciudadano, anulando derechos mínimos de ciudadano.

Por esta razón, la sociedad global ha entrado en una crisis social, por la deshumanización del espíritu de la virtud política, y de lo establecido en la seguridad jurídica constitucional, de penalizar y no permitir la impunidad, de quienes en su función administrativa, perjudican una sociedad, y mantienen responsabilidad, de un sistemático ataque a las naciones, para ocultar sus delitos y destrucción institucional, como en el caso del autoritarismo de Corea del norte, del chavismo-castro en su alucinación de un estado bolivariano, con un caudillismo del regalo de recursos petroleros, o la amenaza de impulsar revoluciones que destruyan a su vecinos.

Este es el panorama sombrío al término del milenio, con la política mundial en crisis de valores políticos, y de doctrinas políticas que traigan un beneficio a los pueblos, agregando mayor dificultad a la reforma de estado, la pérdida de recursos para aliviar catástrofes de la naturaleza. La solución para la deshumanización, del espíritu de virtud de la política, no puede provenir de una acción individual o de una nación, porque se requiere la participación organizativa, del poder ciudadano, y de todos los intereses sociales y de las naciones, para reformar la civilización actual, del nuevo milenio con una humanidad, con alguna probabilidad en la tecnología de información e imagen, para que tenga un destino diferente, de dignidad en su espíritu, en la verdad, la justicia y la virtud.

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Jaime Uribe Rocha Periodista y columnista en medios escritos, experto en marketing político

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