Cuál es la verdadera potencia de fuego de Hamas contra Israel

La tensión en la región es la mayor en décadas.

El conflicto entre los grupos palestinos de la Franja de Gaza y las Fuerzas Armadas Israelíes ha causado muerte y sufrimiento a ambas partes. Sin embargo, el conflicto es bastante asimétrico.

El poder bélico de Israel es considerablemente mayor. El tamaño de su Fuerza Aérea, sus aviones no tripulados armados y sus sofisticados sistemas de recopilación de información permiten al país alcanzar prácticamente cualquier objetivo en Gaza.

El gobierno israelí ha reiterado que sus ataques se limitan a puntos utilizados con fines militares.

Sin embargo, Gaza es una región densamente poblada. La población suele estar cerca de las instalaciones utilizadas por los grupos Hamas y Jihad Islámica, que en algunas ocasiones incluso ocultan sus actividades en edificios utilizados principalmente por civiles. Factores como estos hacen que sea casi imposible prevenir las muertes entre los ciudadanos comunes.
Aunque son el lado más débil, Hamas y la Yihad Islámica tienen suficientes armas para atacar a Israel y ya han intentado tácticas diferentes

Las Fuerzas de Defensa Israelíes derribaron, por ejemplo, un avión no tripulado (posiblemente armado) que intentaba cruzar la frontera desde Gaza.

Un portavoz del ejército israelí mencionó que una «unidad de élite de Hamás» ya había tratado de infiltrarse en Israel a través de un túnel construido en el sur de Gaza. Según se informa, el ejército israelí fue alertado de la incursión y, según el portavoz, logró que el túnel implosionara.

El armamento más importante del arsenal palestino son, con mucho, sus misiles tierra-tierra.

Parte de ellos, se cree que entra en Gaza a través de túneles excavados en la península del Sinaí en Egipto. Este también sería el origen de otros artefactos que se han utilizado en los últimos días, como los misiles guiados antitanque Kornet.

Sin embargo, la mayor parte del arsenal de Hamas y la Yihad Islámica proviene de la propia Franja de Gaza, que tiene una capacidad de producción relativamente compleja y sofisticada para estos armamentos.

Los expertos internacionales, incluidos los israelíes, creen que los conocimientos técnicos iraníes y la asistencia del país desempeñan un papel importante en el crecimiento de la industria de la guerra en la región.

Los lugares de fabricación y almacenamiento de armas figuran entre los objetivos israelíes en la última escalada de violencia en la región.

Es imposible estimar el tamaño exacto del arsenal de Hamás, pero ciertamente incluye miles de armas de diferentes rangos. El ejército israelí tiene sus propias estimaciones, que, sin embargo, no son suficientes para compartir con el público.

Un portavoz se limita a decir que el grupo podría mantener la potencia de fuego de los ataques de los últimos días durante «un período significativo de tiempo».

Los grupos palestinos han utilizado diferentes tipos de misiles, ninguno de ellos nuevo en términos de diseño básico, sin embargo, las armas han mostrado mayor alcance y cargas explosivas más potentes.

Hamas opera una variedad de misiles de largo alcance como el M-75, que avanza hasta 75 km, el Fajr (hasta 100 km) y el R-160 (hasta 120 km). También tiene algunas M-302, que van aún más lejos, hasta 200 km.

Así, el grupo tendría la capacidad de llegar tanto a Jerusalén como a Tel Aviv, además de la franja costera, que concentra una mayor densidad de población e infraestructura.

También hay un vasto stock de misiles de menor alcance como el Qassam, que alcanza los 10 km, y el Quds 101, que alcanza los 16 km. El arsenal está reforzado por los misiles Grad y Sejil 55, ambos con un alcance de hasta 55 km.

El ejército israelí dice que se han disparado más de mil cohetes contra el país en los últimos tres días. Otros 200 habrían caído en la propia Franja de Gaza, una posible indicación de los problemas derivados de un proceso de producción disperso y aún no desarrollado.

Entre los misiles que cruzaron la frontera, el 90% fueron interceptados por el sistema antimisiles Cúpula de Hierro, según las Fuerzas Armadas Israelíes.

A pesar del éxito, la estructura que defendía la ciudad de Ashkelon incluso dejó de funcionar momentáneamente debido a un problema técnico, demostrando que el escudo no es una red capaz de detener absolutamente todos los misiles que cruzan su espacio aéreo.

Las opciones para combatir los ataques con misiles son limitadas. Hay defensas de misiles, el bombardeo de los depósitos que custodian las armas y, al menos en teoría, las operaciones terrestres que empujan los lanzamisiles a áreas donde no tienen alcance efectivo.

Parte de la vulnerabilidad de los palestinos radica en el hecho de que no tienen una estrategia de combate sofisticada y están limitados territorialmente, no tienen a dónde ir.

Una operación terrestre para suprimir la potencia de fuego de los misiles sería posible, pero el costo humano sería considerable, como sucedió en la última gran incursión de Israel en Gaza en 2014.

Murieron 2.251 palestinos, incluidos 1.462 civiles. En el lado israelí había 67 soldados y seis civiles.

El ciclo repetitivo de ataques con cohetes, respuesta e incursión en tierra no llega a ningún lado.

Frente a los acuerdos de paz sellados entre otras naciones árabes e Israel, la división política entre los palestinos. (ahora aparentemente más intensa que nunca), y las prioridades de la agenda del gobierno israelí, que se alejan de la disputa con los vecinos, es difícil ver la posibilidad de avanzar hacia la paz en el conflicto palestino-israelí.

Para que esto sea posible, es necesario que haya un deseo genuino de progreso por ambas partes y un esfuerzo constante de los agentes externos. Estas condiciones no parecen estar presentes.