Nuevos testimonios cuestionan las causas de la muerte de la Princesa Diana.

Diana de Gales fue una de las mujeres más respetadas y queridas de la historia. Muchos admiraban su estilo y su actitud ante la vida. Su fallecimiento, a los 36 años, afectó a gran parte de la población mundial.

Desde que la Princesa Diana perdió la vida en un accidente de coche, las teorías conspirativas no han dejado de emerger con el objetivo de acabar con la versión oficial publicada por la Familia Real Británica y apoyada por el equipo de investigación.

Muchos publicaron otras versiones de lo que hubiera pasado el día de su muerte. Entre ellos dos testigos importantes que expusieron por primera vez a los medios británicos que la muerte de la princesa de Gales no fue accidental.

El periódico británico The Express tomó las declaraciones de Robin y Jack Firestone. Ambos dijeron que estaban en el lugar del accidente de la Madre de los Príncipes William y Harry unos segundos después de que ocurriera. Estos testigos aseguran que, después del accidente, notaron la presencia de dos autos oficiales «extraños» y mal estacionados frente al Mercedes donde Diana estaba siendo transportada.

Además, Robin Firestone explicó que fue a hablar con la policía para intentar exponer lo que habían visto. «El policía ni siquiera nos escuchó. Sin dudarlo, dijo que tenían suficientes testigos. Estábamos asombrados. Una de las mujeres más famosas del mundo muere y no quieren hablar con testigos», añadió, según ABC.

La Princesa Diana, 36 años, Dodi Fayed, 42 años, y el conductor de ambos Henri Paul, 41 años, murieron en el túnel del puente del Alma en París el 31 de agosto de 1997. La investigación de dos años de la policía francesa concluyó en 1999 que el único culpable de la muerte de Lady Di y Dodi Al Fayed era el conductor, Henri Paul. La causa oficial del accidente, hasta hoy, sigue siendo la intoxicación del conductor y el hecho de que Diana no puso el cinturón de seguridad en el auto.

Sin embargo, en 2008, una nueva investigación británica descubrió que los paparazzi que perseguían el coche del Hotel Ritz hasta el apartamento de Al Fayed, junto con el conductor, fueron los culpables del accidente.

Pero los Firestone no dudan en cuestionar esa explicación. Además, creen que las autoridades francesas y británicas no les han permitido testificar. Robin espera que algún día William y Harry quieran descubrir lo que realmente le pasó a su madre.