La casa de los astronautas que van a vivir en Marte ya ha sido elegida

La NASA va a tener una expedición para viajar a Marte, lo que será el primer viaje de un grupo de astronautas al suelo de otro planeta del Sistema Solar. Y esos astronautas van a necesitar un ambiente donde no solo puedan sobrevivir, sino también trabajar, comer, dormir y hacer su vida normal.

La agencia espacial ha tenido más de 1.600 proyectos competidores, por lo que la elección ha estado lejos de ser fácil, pero al final el ganador ha sido el proyecto MARSHA, que convierte el reciclado de materiales en su componente principal.

Creado por AI SpaceFactory, el entorno MARSHA se ha desarrollado para que nunca sea necesario importar material de construcción de la Tierra y sea autosuficiente. El hábitat se construye utilizando una impresora 3D, minando el entorno local para encontrar los materiales necesarios para iniciar lo antes posible el proceso de construcción de los paneles y su montaje. La casa MARSHA deberá estar completada con los sistemas de soporte vital instalados, incluso antes de la llegada de los primeros seres humanos a la superficie marciana.

En lugar de construir estructuras ocultas en el suelo o en forma de domo, estas se diseñaron para tratar principalmente con radiación solar, vientos fuertes, gravedad menor y presión interna más fuerte en el interior que en el exterior. Por lo tanto, AI Space Factory creó la MARSHA en forma de contenedor vertical y superficie reducida, eliminando la necesidad de que un Mars Rover tenga que terraplenar toda la zona circundante. Los materiales elegidos para las estructuras de la nueva casa de los astronautas son basalto, una roca común en Marte, y un plástico renovable basado en ácido polilático.

Para proteger a los astronautas del entorno hostil, el silo vertical fue tener una pared aislante de placas dobles, sin dejar que el área interior sufriera los constantes cambios de temperatura de la superficie de Marte. Las zonas de alojamiento y de trabajo en el contenedor pueden ser ligeras, bien aireadas y cómodas, reduciendo los sacrificios para los ocupantes. Ventanas intermitentes, una claraboya y varias escaleras contribuyen a que los astronautas no se sientan aislados en un entorno confinado.