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La derecha llora sobre lecha derrama: la Reforma Agraria y el «chino» Velasco

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Ayer domingo en la pág. 2 de Expreso, en su columna “EL MUNDO AL REVÉS”, una vez más Luis García Miró Elguera, ataca de solapa al General Juan Velasco Alvarado en “El país del, hay que hacer”, al dirigirse a la candidata de Fuerza Popular: Señora Fujimori, haga como ayer. No dé más mensajes buenistas mostrándose temerosa de su pasado. Siga hablando fuerte y claro, demostrando que NO representa al establishment podrido.

LUIS GARCÍA MIRO

«Los peruanos vivimos tiempos de confusión. Lamentablemente muchos no ponderan el tamaño de la tragedia que significaría caer en manos de un régimen comunista. En particular, aquellos que no han vivido siquiera algo semejante a lo que les ocurre a los cubanos y venezolanos, por ejemplo. El velasquismo fue un esbozo de lo que pudo ser el comunismo instalado en el Perú. Las generaciones ahora adultas lo padecimos a lo largo de doce años. Allí comprendimos lo que significa perder la libertad de entrar y salir de su patria sin pedirle permiso al régimen; lo que implica disponer a su criterio de todos los recursos labrados con su propio esfuerzo; o recibir información veraz, independiente de los medios de prensa que uno escoja, sin que éstos sean manejados por el gobierno; o emprender sus proyectos, en cualquier actividad, sin temor a estar sometido a disposiciones draconianas impuestas por el gobierno. Incluso a riesgo de perder su negocio si el régimen comunista decidiese calificarlo como actividad estratégica.

Como pasó acá con las reformas agraria, industrial, minera, telecomunicaciones, etc. Esas y tantas otras barreras soportamos quienes vivimos doce largos años bajo la bota militar socialista. La consecuencia fue atroz. Una ruina socioeconómica que pauperizó a todos -ricos y menesterosos- colocándonos a la retaguardia del mundo y malográndonos largos años de vida útil. Hoy estamos ante una disyuntiva que debería ser muy fácil de resolver. O elegimos vivir en plena libertad, o escogemos someternos al yugo del comunismo donde no existe la autonomía personal y el Estado es dueño de todo. ¡Incluso de la vida de las personas! Lamentablemente, vemos que a una parte del Perú no le resulta fácil solventar este dilema porque, sin profundizar en su futuro, hasta el momento sigue pensando que al votar por el comunismo arreglará todos sus problemas. Y encima, le permitirá ejercer una suerte de venganza divina contra aquellos que tienen más o aparentan estar en mejores condiciones que ellos. Un simplismo clásico de poblaciones con muy baja calidad educativa, pasibles de ser engatusadas por los cantos de sirena de los demagogos de siempre, que jalan agua para su molino a costa de utilizar al pueblo en beneficio propio. Estos son los camaleones comunistas, que juegan con la gente prometiéndole igualar a todos, pobres y ricos. Aunque sin explicarles que a todos los uniformizarán. ¡Pero hacia abajo! Claro que, como ocurre en la vida, habrá excepciones. Los únicos que tendrán todo a su disposición -riqueza, poder, toda clase de comodidades y privilegios- serán quienes integren la cúpula comunista del poder, que convertirá al Perú en un gulag sudaca adonde las clases media y alta serán pobres. ¡Y los hoy pobres serán más pobres! Pero a diferencia de hoy ya no serán libres, sino que estarán sujetos a lo que en adelante les ordene hacer -o no hacer- el todopoderoso autócrata comunista.»

La derecha bruta y achorada que fungen de opinólogos, de vez en cuando sacan a relucir su fobia y tiran barro con ventilador a diestra y siniestra a la Reforma Agraria, especialmente al “chino” Juan Velasco Alvarado, presidente de facto del Perú en 1968 al 1975 . Por eso, es necesario aclarar algunos puntos que no creo que sean producto de la vanidad de la pluma de Luis García Miró Elguera, sino del encono de ciertos opinólogos y plumíferos que a veces crean nubarrones en la objetividad, trastocando la realidad que está allí inamovible, pero a veces por caprichos no queremos ver, o no nos dejan verlo, a raíz de un mal análisis.

Que, «la Reforma Agraria de Velasco, truncó la modernización de la época, que la Reforma Agraria, que tanto entusiasmó a la izquierda, arruinó el agro. Que la «Revolución Militar» fue más, fue un desastre general. Que el velasquismo fue un esbozo de lo que pudo ser el comunismo instalado en el Perú. Las generaciones ahora adultas lo padecimos a lo largo de doce años. Una ruina socioeconómica que pauperizó a todos -ricos y menesterosos- colocándonos a la retaguardia del mundo y malográndonos largos años de vida útil.

Ocultan como cobardes porqué la apropiación a mano militar de las instalaciones petroleras de la empresa norteamericana International Petroleum Company, por las que se anunció que no se pagaría «ni siquiera un céntimo», al ser «de propiedad indiscutible y soberana del pueblo peruano»? La intervención del Gobierno estadounidense aplicando al Perú la llamada «Enmienda Hickenlooper», que implicaba la pérdida de la cuota preferente en el mercado azucarero y la suspensión de créditos, bloqueo económico y comercial con otros países,   con lo que se obligó al «Gobierno revolucionario» a acercarse a Rusia, Checoslovaquia, Yugoeslavia, etc. 

La DBA, sostiene que el déficit fiscal pasó de 1.7 en 1968 a 12.3 en 1977. Que las pérdidas de las empresas públicas registraron 46 millones de dólares en 1968. En 1979 eran de 2,481 millones de dólares. Que la planilla pública se incrementó en 83% y que decir de la corrupción. Que nuestra querida papa, redujo su producción en 5 años de casi 1900 TM a 1500 TM. La exportación del azúcar en 1970 rondaba las 500,000 TM, pero en 1980 había caído hasta 52,000 TM.

Es bueno recalcar a todos esos «pendejos» desmemoriados, con relación a la Reforma Agraria, que Luís de la Puente Uceda, decía: «cuando hablo de Reforma Agraria, no estoy pensando en aquella que defiende los intereses de los latifundistas. Me refiero a la Reforma Agraria como proceso de cambio, como redistribución del ingreso y el poder público y como mejoramiento económico del campesino». Pues bien, en el Perú ya desde el 20 de agosto de 1931 Haya de la Torre, al exponer el Programa Mínimo del APRA en la Plaza de Acho, consideró la necesidad de hacer Reforma Agraria.

Después llega, el terrateniente Pedro Beltrán, director del diario La Prensa y Ministro de Hacienda, durante el gobierno de Manuel Prado Ugarteche (1956), fue nombrado presidente de la Comisión de Reforma Agraria y Vivienda, y formuló un «tibio» proyecto de Reforma Agraria. Igualmente, La Junta Militar de Gobierno, integrada por altos mandos militares del Ejército, La Marina y la Aviación, promulgó el 16 de noviembre de 1962 el Decreto Ley 14236 LEY DE BASES DE LA REFORMA AGRARIA. En tanto, el 31 de marzo de 1964 el Senador por Junín Ramiro Prialé, Secretario General del PAP, indicó en la Cámara de Senadores:

«Por eso, en Punta del Este nos comprometimos a impulsar, dentro de las particularidades de cada país, programas de Reforma Agraria Integral, orientados a una efectiva transformación de las estructuras e injustos sistemas de las tenencias y explotación de la tierra».

Este mismo año, se dictó la Ley 15037.  El 24 de junio de 1969, el gobierno de facto del «chino» Velasco Alvarado, dictó el Decreto Ley 17716, que continuó la Reforma Agraria «tímidamente» iniciada durante el gobierno del Arq. Belaúnde Y NADIE DICE NADA. Hubo falta de decisión política, farragosa tramitación de las expropiaciones y adjudicaciones. Se exoneró de afectación a las empresas agrícolas de transformación industrial. Las cooperativas «fatalmente» no fueron debidamente instruidas. Su falta de capacitación originó la devastación de valiosos cultivos e instalaciones. La explotación del campesino debió haber sido resuelta por las leyes de Reforma Agraria 15037 y 17716, que frustró la oligarquía y sus áulicos.

Dada la orientación política de los últimos gobiernos en el país, estos no son tomados en consideración, para nada. La extrema pobreza y la marginación originan hasta ahora en los campesinos desesperanza y explicable deseo de confrontación, el que se expresa diariamente en las constantes protestas populares y la pérdida de confianza en sus autoridades, y en los políticos. La mayor parte de nuestros campesinos marginados, habitan en la sierra y en la selva; solucionar los problemas de estos trabajadores del campo contribuirá a vencer el desarrollo, ya que la posesión de la tierra, la orientación técnica y el crédito campesino, sólo podrán ser solucionados con decisión política.

Debemos considerar, que el abandono del campesino se traduce en el total desamparo a las etnias indígenas. La razón verdadera del abandono y menosprecio es el racismo, una prueba Más del subdesarrollo mental de nuestra sociedad. ¿Por qué se frustró el proceso de la Reforma Agraria? La respuesta es muy sencilla, por el trabajo sucio de la oligarquía y todos sus áulicos. ¿Qué la Reforma Agraria acabó con la tenencia de la tierra en manos de pocos latifundistas, que también mató a la agro industria? Está por verse. ¿Donde está Velasco ahora? ¿Quedó algo de él en el Perú profundo? Sólo el pueblo lo sabe, porque antes y después de él nuestra patria es diferente.

En este tema, los últimos gobiernos: el chino «rata», prescindió de la Banca de Fomento, entre otros, del Banco Agropecuario, con este mismo criterio Alejandro Toledo, simuló crear otro Banco Agrario, con tan limitado capital que lo hizo deficiente a este banco de segundo piso, otorgar el indispensable crédito que requieren los campesinos. En cuanto a la insurgencia, esta se manifiesta a comienzos del segundo gobierno del Arq. Belaúnde (1980-1985) Sendero Luminoso, aprovecha la agitación y el descontento existente en el país como consecuencia de la extrema pobreza, el centralismo y abandono de las provincias, especialmente las andinas y selváticas, que al ser ignoradas, perdieron la esperanza de un futuro mejor y creó en ellos un antagonismo, que sumados a la injusticia social arrastrada por siglos, fueron el caldo de cultivo. La Reforma Agraria, fue la válvula de escape de la marmita social en hervor y evitó que esa dramática guerra interna fuera aún más sangrienta, considerando que eran parte de las comunidades y organizaciones campesinas que no combatieron al lado de Sendero Luminoso.

La deuda externa que dejó Velasco fue de 2,000 millones de dólares,  por la única y verdadera compra de armamento militar «nuevo» para nuestras FF.AA., que aseguró la defensa de nuestro territorio nacional y se gano el respeto internacional. Que algunos «periodistas» que trabajaron con la revolución de Velasco se hagan los «suecos» con su conciencia y su silencio cómplice, es su problema y no el mío. Que guardemos un profundo respeto a nuestro colegas, no nos inhibe contestar el artículo escrito por Luis García Miró Elguera, en Expreso, que lejos de dañar la imagen de Velasco (después de 52 años), al contrario sirve como una reflexión y un aliciente para los trabajadores del campo, que lo llevan en el corazón

HAY ALGUNA COINCIDENCIA  PROGRAMÁTICA ENTRE EL GOBIERNO DE VELASCO ALVARO CON EL DE PEDRO CASTILLO?  NINGUNA. LO DE CASTILLO ES UNA FARSA COMUNISTA CON LA FINALIDAD DE APROPIARSE DE LA RIQUEZA DE TODOS LOS PERUANOS. EL COMUNISMO, CREA POBREZA.

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