Donde se pone el dedo salta la pus

Y no le falta razón a González Prada cuando afirmaba que » El Perú es un organismo enfermo: donde se pone el dedo, salta la pus”, una frase vigente desde hace más de 100 años que critica con ímpetu a la clase política y gobernantes del el país.

Es por eso que la ciudadanía no se siente representada por su clase política? ¿Por qué el Congreso de la República es una de las instituciones con más bajo nivel de aprobación? Por qué nuestros congresistas son tan cuestionados como los anteriores, tan igual o peor que la mayoría de gobernadores y alcaldes involucrados en serios procesos penales por haber hecho uso del cargo en su beneficio económico o de sus allegados.

Otros gusanos acusados de acosadores sexuales y tocamientos? No se quedan atrás cinco de siete presidentes que se encuentran procesados por delitos de corrupción y otro se encuentra fugado del país evadiendo la justicia. Este es el Perú soñado, en algo hemos cambiado? No. Ahora hay mierda por todo lado.

Algún día aprenderemos a diferenciar que la corrupción es sinónimo de podredumbre, descomposición, deterioro, putrefacción que corromper es echar a perder, depravar, dañar, podrir, oler mal… Al unirse a política las cosas no mejoran, Aristóteles, señalaba que «la corrupción es stasis», es decir, lo contrario de equilibrio, límite o moderación.

La corrupción supone la degeneración del cuerpo político o de la forma de gobierno que lo ordena y, de este modo, llega a identificarse con desintegración, enfermedad, pérdida de identidad, de salud o de poder de la politeia.

Todo se reduce a que la corrupción genera comunidades sin política (tiranías) o políticas sin comunidad (esto es, sin posible referencia al interés común y disueltas en lucha faccional generalizada).

Para la tradición republicana posterior, para Maquiavelo o Rousseau o Madison, por ejemplo, corrupción es también ausencia de virtud ciudadana, eliminación del lazo social comunitario y políticas dominadas por poderes y tiranos «privados».

El vínculo entre gobierno, corrupción o dictadura tenemos muchos ejemplos; ahora último el fujimontesinismo, el gobierno chacano y nacionalista por ejemplo, del cual aun hay harto que decir, sin embargo hay otros que siguen sus prácticas…. en que nos diferenciamos con un país bananero? Por qué no seguir el mismo camino de Singapur y cambiar el horizonte y zas?