Autoridades chilenas expulsaron a 55 venezolanos

Las autoridades chilenas expulsaron a 55 venezolanos de la ciudad de Iquique, en el norte del país, el domingo, como parte de un nuevo proceso de deportaciones iniciado por el gobierno chileno.

La Policía de Investigaciones (PDI) transportó a los venezolanos en al menos cinco autobuses hasta el aeropuerto de la ciudad de Iquique (a unos 2.400 km al norte de Santiago) vistiendo un mono blanco con Capucha, máscaras para evitar el contagio por la covid-19, esposados y acompañados cada uno por un agente, para abordar un avión con destino a Caracas, según imágenes proporcionadas por el Gobierno Regional de Tarapacá.

«Este es el primero de los vuelos contratados por la Subsecretaría del Interior y la Dirección de extranjería y migración para llevar a cabo expulsiones judiciales o administrativas. En este caso hay 55 ciudadanos extranjeros», explicó en rueda de prensa Juan Francisco Galli, subsecretario del Interior.

Son Expulsado por ingresar ilegalmente al país, por narcotráfico y hurto

Cuarenta serán deportados por haber ingresado a Chile por pasajes prohibidos y los otros 15 por delitos como tráfico de migrantes, narcotráfico y hurto, explicó Galli.

Con este nuevo proceso de expulsiones, el gobierno tiene la intención de deportar a unos 1.500 extranjeros durante este año y para ello arrendó 15 aviones comerciales que realizarán 15 vuelos.

Según datos del Ministerio del Interior, en lo que va de 2021, Chile ya ha expulsado a 200 migrantes en aviones de la Fuerza Aérea, operaciones que continuarán paralelamente al proceso de deportación iniciado el domingo.

Durante 2020, 1.365 extranjeros fueron expulsados.

La ley establece que los migrantes que ingresaron con un pasaporte o documento de identidad antes del 18 de marzo de 2020 pueden obtener una visa. Pero los migrantes que ingresan a Chile por pasos no autorizados, tienen un período de 180 días para salir del país e ir a un consulado chileno en el extranjero para solicitar una visa. Si su solicitud es aceptada, pueden regresar.

En enero pasado, más de 3.800 migrantes, en su mayoría venezolanos, ingresaron ilegalmente a pie por la frontera entre Chile y Bolivia, soportando el tortuoso tránsito entre el altiplano y el desierto.