A poco de cumplirse un año de la disolución del Congreso

1.Quienes apoyaron el cierre del Congreso anterior se dan cuenta que de nada sirvió; sea por estupidez o incapacidad del presidente Vizcarra, que nos conduce al desastre en esta comedia bufa convertida en tragedia peor que el Covid-19 para todos los peruanos. Tragedia cimentada en la ineptitud e ignorancia, mentira burda de un gobernante insensible cuya víctimas en esta emergencia va por 80 mil muertos, 900 mil infectados, US$ 35 mil millones al agua, millones de estudiantes desconcertados y sin clases presenciales, 7 millones de trabajadores que han perdió su trabajo, millones de pequeños empresarios que han perdido todo, millones de pobres de los alrededores de Lima y regiones. que no tienen nada que llevarse a la boca, ni bonos que alivie su dolor.

2.Se a demostrado qué el CONGRESO DE LA REPÚBLICA NO CONSTITUÍA UN OBSTÁCULO PARA EL GOBIERNO. Que Vizcarra es un pícaro con acusaciones serias, con una lluvia de guaripoleras, empresarios aliados, cómplices de la prensa alcahueta, que en un próximo gobierno deben ir a la cárcel. Porque, el mitómano en vez de gobernar democráticamente, para vencer la pandemia que diezma al país igual o más que la corrupción, en vez de mejorar la vida de los pobres, se obsesionó en capturar todo el poder tras cierre del Congreso y amenazar a los nuevos congresistas inhibiendoles de ejercer su rol fiscalizador.

3.No hay nada que dure para siempre, en algún momento LA CALLE SE LO CA A RECLAMAR, así como lo han reclamado en Chile, Ecuador y Bolivia. A la hora que las papas quemen los caviares, rojetes y prensa vendida huirán como ratas. Lo recuerda los refranes populares que contienen un caudal de sabiduría: “Siembra vientos y cosecha tempestades”; “la violencia engendra violencia”; “se sabe donde comienza, pero no donde termina”; “cuando se instala la violencia impera la ley del más fuerte, y aquel no siempre ni necesariamente es el mejor”; “la revolución devora a su propios hijos”; “la violencia es el recurso de los incompetentes”, y tantos dichos más. Hay que condenar la violencia porque, como dijo Gandhi, “cuando ella produce un bien, ese bien es solo temporal y el mal que hace es permanente”.

4.Es cierto que todo pueblo tiene el gobernante a su medida y se merece. Que la conquista principal de la civilización moderna es el Estado de Derecho y el imperio de la ley. Tal vez como sociedad nos hemos familiarizado con la corrupción, sino que hemos llegado a legitimarla y pareciera que, incluso existiendo una democracia como es el caso en nuestro país, habría causas y situaciones que justifiquen la desinformación sobre actos de corrupción y explotación de la violencia en todos los medios. Ninguna condena explícita por parte de los organismos competentes, líderes de opinión, colegios profesionales…

5. Las primeras víctimas de esta violencia de la DESINFORMACIÓN Y MANIPULACION de la prensa vendida y contaminante que lanza vertidos a la sociedad que adulteran el agua potable, lo hacen con las ideas que respiramos el olor de las cloacas del estado. Sabemos, qué esta prensa cuenta con un enorme poder de amplificación, maneja los reflectores y altavoces. Qué esta amplificación tiene profundas ramificaciones en lo que la gente discute, comparte por su propia cuenta, los atonta e idiotiza.

Toledo y Ollanta son niños de pecho a lado de Pinocho…