Encuestitis peor que pandemia covid-19

¿CUÁNTO TIENES? CUANTO VALES…

Según la última encuesta de El Comercio-Ipsos, los candidatos a la alcaldía de Lima Rafael López Aliaga y Daniel Urresti lideran las preferencias con el 20% de respaldo cada uno. Lo sigue George Forsyth con 9%, Luis Molina con 4%, atrás Alvaro Paz de la Barra con 2%. A quienes le han ganado? Los votantes se preguntan, cuanto cuesta salir primero en las encuestas? ¿Alguna vez los electores votarán por convicción, o siempre se dejarán llevar por las encuestas truchas? Lo más «cojonudo» es que Grupo El Comercio nos venga a decir por quién votar? O esperamos como en las elecciones generales-pasadas- que a última hora Ipsos saque de su «sombrero» un «burro», en vez de un «conejo»?

En el 2011 señalaba en mi columna en pysnnoticias, sobre las encuestas truchas «aunque muchos no lo crean, las encuestas son como los chorizos, todos los ven y los disfrutan después de hechos, pero nadie sabe cómo los hacen».

Sabemos que las encuestas adquieren una visibilidad en tiempo de campaña electoral, algunos candidatos se ponen nerviosos cuando no aparecen, mientras que los que se registran mejor calificados, las consideran un buen augurio, y mucho más, cuando son ellos, quienes de manera soslayada han pagado esa encuesta, generando una manipulación a la opinión pública. ¿Quién las controla las encuestas? ¿Existe APEIN? La Asociación que agrupa a las empresas de investigación de mercados y de opinión pública en el Perú? Quién esté vinculado a un pasado vergonzoso como deudor a la Sunat, en asesinato, pegalón de esposa, tenga vínculo con la corrupción, etc puede ser un buen alcalde? Seguro que no.

«UNA ENCUESTA DE OPINIÓN PÚBLICA NO ES SUSTITUTO DEL PENSAMIENTO».
Warren Buffett

En el siglo XVI, Nicolás Maquiavelo, autor de El Príncipe, hizo una distinción entre la política y la moral. Los escasos –decía– no se aventuran a contradecir a la opinión de la mayoría. Hoy, en pleno siglo XXI, es casi idéntico a lo dicho por Maquiavelo, pero ya con otras palabras.

La politóloga alemana Elizabeth Noelle-Neuman, autora de la teoría la espiral del silencio, dictaminó que es probable que un individuo se abstenga de dar su opinión sobre un determinado tema en un grupo de personas en el que se sienta minoría, por miedo a la reprensión o el aislamiento. Dicho de otra manera: los votantes estarían siempre inclinados a respaldar las tesis y fórmulas ganadoras.

Todas las encuestas de Ipsos, CPI, Datum, etc sólo han demostrado que cumplen doble misión: propaganda y manipulación, ponen en manifiesto que tienden a crear maquillaje a unos y “congelamientos”,  o “bajar la llanta»  a otros, en comparsa de algunos medios perversos.

En octubre una vez más veremos el fracaso de estas encuestadoras y opinólogos antisistemas que muestras un verdadero despropósito contra la democracia y la opción de los electores de saber más sobre los candidatos que obliguen una lectura más precisa.

Para que hacemos bolas con los sondeos  cuando una vez más estamos condenados a soportar los resultados del JNE, sin ninguna garantía?