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El Pentágono se preocupa por noche de furia, saqueos, destrozos y toques de queda por las protestas contra la violencia racial en los EE.UU.
A una semana de la muerte del ciudadano afroamericano George Floyd en manos del violento accionar de la policía de Minneapolis, la tierra del “Tío Sam” vive horas dramáticas, se acrecientan las manifestaciones en diferentes puntos del territorio.
Por dicha razón, y luego de que en varias ciudades ocurrieran violentos incidentes entre los protagonistas de las marchas y las fuerzas de seguridad, el presidente Donald Trump indicó que movilizará “todos los recursos civiles y militares para terminar hoy con los saqueos y disturbios”.
Los yanquis y afroamericanos están en contra de las políticas que sigue el presidente de EEUU desde la Casa Blanca. Si Trump tuviera las neuronas en su sitio, incluso si tuviera un poco de vergüenza, saldría y diría algo para unificar a los norteamericanos.
Pedirles perdón y no actuar como un gran provocador, un destructor, un trastornado o un suicida. Pero no lo hará y no hará, porque su orgullo es más. Para Trump, es más importante aplacar al pequeño grupo de seguidores que validan su locura.