GARCILASO PRIMER ESCRITOR PERUANO UNIVERSAL

 

 

GARCILASO PRIMER ESCRITOR PERUANO UNIVERSAL

Hijo de una princesa inca y un capitán español. De Chimpu Ocllo, doncella ojos de noche y cuerpo de dura belleza broncínea, se prendó el capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, el primer noble en arribar al reino del Perú.

El niño bautizado como Gómez Suárez de Figueroa nació en la aurora de la Conquista, la creación de un tiempo nuevo. El llanto por los muertos y las fiestas triunfales eran tan recientes y se yuxtaponían con tanto afán, que no llegaban aún cuajarse como recuerdos.

Su niñez transcurrió en la ciudad imperial de Cusco, oyendo a sus parientes cantar, en sesiones de hoja de coca, las glorias del imperio.

El Inca Garcilaso de la Vega, el primer mestizo, tuvo que viajar a España en busca del legado de su padre, para descubrirse al fin. Entender que no somos una sola cosa sino la suma de varios: padres, abuelos, ancestros. Españoles, incas, triunfadores, derrotados. Todos lo habitaban y él guardaba lo mejor de ellos.

Cincuenta años le tomó asumir su mestizaje y la pluma de ganso embebida en tinta china no paró de moverse sobre el papel. Como hombre del Renacimiento, el Inca Garcilaso de La Vega estaba interesado en plasmar su historia con belleza y armonía, rescatar lo vivido por los suyos.

Solo él manejaba la lengua del incario y eso, pensaba, lo hacía superior, más fidedigno, que otros cronistas.

Afincado en España y aunque a los ojos de muchos era un cordobés por los cuatro costados, el inca sabía que su alma, al igual que su cuerpo, era la fusión, muchas veces problemática, de dos civilizaciones.

A pesar del tiempo, las piedras del Cusco aún mantienen el brillo de la grandeza del imperio. Lo que vieron, lo que son, el silencio en que fueron esculpidas. Ello habla y hablará a generaciones futuras de una ciudad que fue, sin lugar a dudas, la Roma de América…

El homenaje a sus creadores es su mejor obra y le ha otorgado a Garcilaso de la Vega esa inmortalidad con la que todos los hombres sueñan.

 

Francisco León