Una más del Congreso en medio de la crisis

En medio de un posible retorno a cuarentena por el altísimo índice de contagios en la ciudad de Lima, en plena crisis económica y sanitaria jamás antes atravesada por el país, escenario en el cual se necesita el apoyo de todos los poderes del Estado, el Congreso niega el voto de confianza al gabinete “Cateriano” en una maratónica y absurda sesión con argumentos desenfocados y una votación sometida a intereses particulares antojadizos y abstenciones que no dicen nada más allá de una “lavada de manos política”, que favorece a la negativa de la confianza.

Pareciera que muchos de los integrantes del Congreso no tienen  la visión política que les permita darse cuenta cómo ejercer sus controles parlamentarios sin afectar al gran colectivo nacional y que la cura finalmente resultó peor que la enfermedad, en la medida que la conformación de este Congreso es una decepción histórica, cuando se esperaba un Congreso altamente profesionalizado políticamente hablando y sobre todo con un compromiso patriótico y político a favor de toda la nación; sin embargo, tenemos personajes advenedizos, inexpertos, hepáticos, sometidos a figuretismos y a competencias políticas que para nada suman en el correcto devenir de la compleja dinámica del buen gobierno.

No se trata de hacer una defensa cerrada de la pésima gestión del Ejecutivo en el manejo de esta crisis sanitaria y económica por la que atraviesa el país, no es esa mi intención, simplemente que el arte de la política, venga desde el Ejecutivo o desde el Legislativo, amerita ser conducido y diseñado por especialistas, pero lamentablemente hace muchos años que la política nos debe muchas respuestas, justamente por la carencia y ausencia de cuadros políticos que han pasado por ambos poderes del Estado.

Finalmente, una vez más se equivoca el Congreso de la República, generando la desazón, la incertidumbre y seguro hasta la irritación del pueblo peruano quienes somos los que pagamos las consecuencias de estas conductas que políticamente deben ser defenestradas por su falta de visión histórica del país.

(*)Abogado

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