Vida y Estilos
Los peligros de tomar demasiados suplementos de vitamina C
Incluso esta vitamina vital puede ser mal utilizada y causar efectos secundarios negativos para la salud.
La vitamina C es uno de los estimuladores más conocidos del sistema inmune, pero incluso esta sustancia vital puede ser mal utilizada y causar efectos secundarios negativos para la salud. La sobredosis de vitamina C generalmente ocurre al tomarla en forma de suplemento, por lo que los expertos recomiendan ingerir la mayor parte de la vitamina C a través de los alimentos, donde la probabilidad de ingerirla en exceso es casi nula.
Conozca los riesgos del exceso de vitamina C:
1. Puede desarrollar cálculos renales: Tomar demasiado del suplemento puede provocar cálculos renales con el tiempo debido al efecto del aumento de los niveles de oxalato en la orina.
2. Puede sufrir problemas digestivos: otro síntoma probable del consumo de demasiada vitamina C es la dificultad digestiva. Una sobredosis del suplemento puede causar diarrea, náuseas y, a veces, reflujo.
3. Puede dañar sus órganos principales: se sabe que la vitamina C aumenta la absorción de hierro, pero tomar demasiado puede causar una sobrecarga de hierro. A su vez, esto puede causar daños graves en el corazón, el hígado, la tiroides, el páncreas y el sistema nervioso central.
Alimentos ricos en vitamina C
1. Guayaba
Con 273 mg de vitamina C por cada 100 g de peso, esta fruta tropical hace tiempo que es fácil de encontrar entre los productos exóticos de fruterías y grandes superficies. Además también se comercializa en forma de mermelada, compota o en almíbar, en cuyo caso sigue siendo una buena fuente de vitaminas.
2. Chile, guindilla o pimiento picante
La proporción de vitamina C de estos pequeños pimientos varía según la variedad, su color y nivel de picante. El chile rojo aporta 225 mg, la guindilla picante 143.7 y el chile verde 120, todas cantidades más que respetables. Los hay que pican muy poco y son por tanto un complemento de sabor y nutrientes para todo tipo de platos.
3. Perejil fresco y otras hierbas aromáticas
El tan versátil y a veces poco valorado perejil fresco es una sorprendente gran fuente de vitamina C, con 190 mg, eso sí, por cada 100 g de peso. Nadie se toma tanto perejil de golpe, pero tampoco hace falta hacerlo para beneficiarnos de sus propiedades. La albahaca, con 61.2 mg, y el cebollino, con 60, también destacan por su contenido en esta vitamina.
4. Grosella negra
Una baya exquisita con la que se preparan muchas conservas en Europa, sobre todo mermeladas, jaleas y también zumos, difícil de encontrar pero que merece la pena probar si la vemos fresca cuando está en temporada. Contiene 159.567 mg de vitamina C y un sabor delicioso.
5. Pimiento rojo dulce
El pimiento rojo, ya sea en su versión alargada o morrón, de los grandes típicos para asar, contiene 152 mg de vitamina C consumido crudo, 88.43 cuando lo freímos y 81 si es asado en conserva.
6. Brócoli
Mi adorado brócoli es una de las verduras más ricas en vitamina C que podemos consumir, con 110 mg en crudo. Aquí hay que incidir mucho en la importancia de cocinarlo al dente, lo justo y necesario, para evitar la pérdida excesiva de nutrientes y disfrutar de todo su sabor y textura en su esplendor.
7. Coles de Bruselas
Hay que reivindicar más las denostadas coles de Bruselas, que con 110 mg de vitamina C son otra gran fuente de este nutriente, además de tener otras virtudes. De nuevo, para saborearlas como se merecen, hay que evitar las cocciones pasadas, y preferiblemente huir de las coles sobrecocidas en agua.
8. Papaya
Otra fruta tropical ya más asentada en nuestra gastronomía y cultivada igualmente en nuestro país. La papaya, además de ser conocida por sus propiedades digestivas, contiene 64 mg de vitamina C consumida cruda, sin la piel.
9. Fresa
También las fresas y fresones contienen más vitamina C que la naranja o la mandarina. En concreto, cuenta con 60 mg de ácido ascórbico por cada 100 g de fruta, y tienen la ventaja de que nos encanta consumirlas crudas y sin prácticamente nada más.
10. Berros
Los berros están un poco olvidados en el repertorio de hojas verdes usadas para las ensaladas, y merece la pena reivindicarlos en la cocina. Además de saludables, con 60 mg de vitamina C por cada 100 g, resultan exquisitos consumidos frescos y bien aliñados.