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LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LOS GOBIERNOS AUTORITARIOS
La pluralidad y sobre todo la objetividad de los medios de comunicación son la principal garantía de que exista una verdadera democracia. Es decir, brindarle al ciudadano diversos enfoques de los hechos, a fin de que pueda oír los dos lados del tañer de la campana. Es por eso que los gobiernos totalitarios, a lo largo de la historia, se han abocado a censurar, silenciar y por último monopolizar la información que brindan los medios. De esta manera, logran un único relato, la creación de SU verdad, negándole al pueblo la libertad de cuestionar.
Del ejemplo anterior tenemos aún el recuerdo de la llamada “prensa chicha” del fujimorato, con titulares dictados desde la salita del SIN y periódicos deleznables creados a la medida de las necesidades del dictador.
En esta campaña vemos que la candidata Fujimori ha copado todos los medios de comunicación. Estos, de manera estructurada, pretenden imponer su candidatura. Para lograr tal fin no les interesa mentir ni desinformar. La excusa es que defienden la «democracia». Pero lo hacen impidiendo el derecho democrático de la gente a elegir a quien les parezca. En esta segunda vuelta, los medios en lugar de informar, direccionan, manipulan y distorsionan la realidad. Quieren OBLIGAR al elector, usando el miedo como principal arma (no sé si hasta podría considerarse “terrorismo blanco”) a marcar una opción y vetar la otra.
Las preguntas caen por su propio peso: ¿No tenemos acaso el peor sistema educativo de América? ¿El peor sistema de salud? ¿Índices altísimos de desempleo? ¿No muere la gente a diario por la pandemia? Entonces, ¿cuál es ese “magnífico modelo” que los medios dicen defender? ¿De qué libertad hablan? De la “libertad”, tal vez, que tiene una persona de dejar morir a un ser querido porque no se cuenta con diez mil soles para pagar una cama UCI.
Los medios de comunicación deben cumplir con la norma que su nombre indica: comunicar, informar, no ser una herramienta en manos de un grupo de poder privilegiado, que solo invoca la palabra democracia cuando ve peligrar sus intereses.
Francisco León