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CON DELINCUENTES NO SE DIALOGA
PUNO ES TIERRA DE NADIE AIMARAS NO LE CREEN NADA A «DINAMITA» BOLUARTE
La presidenta Dina Boluarte no se cansa de llamar al diálogo, la paz y unidad, pedir tregua nacional en intento de apaciguar la grabé crisis social y política que sacude a nuestro país desde diciembre pasado. Descarta su dimisión y afirma «Me iré cuando hayamos convocado las elecciones generales”.
PEDRO CASTILLO TENIA SUS ‘NIÑOS»… BOLUARTE TIENE SUS «HERMANITOS»!
Los peruanos nos hemos acostumbrados a convivir con la delincuencia que disfrazados de protestas sociales -como el pan de cada día – cometen crímenes salvajes, contra la vida, los bienes públicos y privados, queman a policía y atacan a soldados desarmados, otros policías desaparecen después de ataques a puestos de vigilancia, secuestran pueblos y ciudades enteras entre otras acciones letales, con total impunidad y límites intolerables.
Los riesgos de nuevos disturbios violentos son latentes, los manifestantes se sienten ignorados por un gobierno temeroso, débil e improvisado que manda a la PNP y FFAA sin armas a enfrentar a vándalos y subversivos. Boluarte, no da respuestas rápidas ni enérgicas, tampoco replantea estrategias para combatir a los cabecillas o dirigentes que provienen de organizaciones oscuras que tienen como método el terror:
«Craso error, el D.U. 006 que premia a los delincuentes o terroristas fallecidos o heridos en estás asonadas».
«Los esfuerzos de Dina Boluarte por frenar a sus «hermanitos» han fracasado, los mismo que tender puentes con los distintos sectores de la sociedad y las autoridades locales han sido hasta ahora inútiles, todos le han perdido la confianza».
Este gobierno es tan inepto o peor que el gobierno del delincuente Pedro Cadtillo. No convoca una reunión con el Foro del Acuerdo Nacional, un espacio de diálogo entre funcionarios del gobierno nacional, regional y local, QUE INCLUYA A TODOS LOS PARTIDOS POLÍTICOS, a sectores que han desempeñado un papel importante en las protestas, sindicatos, frentes, comunidades indígenas, estudiantes y principales grupos de la sociedad civil de Perú, base para ESTABLECER PUNTOS EN COMÚN EN BUSCA DE LA PAZ SOCIAL Y POLÍTICA DEL PAÍS.
El cargo le queda muy grande a Boluarte- como una «carpa de circo»- no tiene visión de país, es una simple marioneta del primer ministro Alberto Otarola quien lleva el hilo del gobierno. Tanto que sus reuniones de diálogo por separado han fracasado debido a la negativa de las autoridades locales y los líderes sociales del sur a participar, no les tienen confianza. Entonces, porque no buscar mediadores nacionales como internacionales, que pueden desempeñar un papel útil: como el Consejo Interreligioso de Perú, formado por representantes de diversos credos, que ya ha expresado su disposición a mediar: Foro de Madrid, ONU y la UE que se han declarado dispuestas a colaborar en un esfuerzo negociador.
«Que participaron en conversaciones de emergencia en Bolivia para encaminar la celebración de nuevas elecciones tras los violentos disturbios provocados por las denuncias de fraude en los comicios presidenciales de 2019 y la posterior renuncia del expresidente Morales».
Rechazar internacionalmente la intervención política de los gobiernos de México, Chile Colombia, Argentina, Bolivia y Honduras que siguen condenando la destitución de su «aliado» Pedro Castillo como un golpe de Estado. Expulsar al embajador cubano en el Perú Rafael Zamora, conocido como «el gallo» por su comprobada injerencia en asuntos internos en el país
«Sólo a través de estás negociaciones, las partes podrían tomar medidas para sentar las bases de un posible proceso exitoso. Por ejemplo, romper relaciones con gobiernos metiches y salir de la comunista CIDH».
CON DELINCUENTES NO SE DIALOGA
No hay otra salida, alguien tiene que dar el primer paso: es el tipo de acción que los actores internos y externos probablemente fomentarán. Sólo poniéndose de acuerdo en un diálogo abierto con dirigentes o representantes reconocidos, ayudará a reconstruir la legitimidad de la democracia peruana, cualquier remedio ante la posibilidad puede acabar simplemente desencadenando otra crisis más adelante, dónde si puede haber ríos de sangre