Salud
Investigador descubre cómo retrasar el envejecimiento de la columna vertebral
Investigador descubre cómo retrasar el envejecimiento de la columna vertebral
Un investigador de la Universidad del Miño descubre un tratamiento que nos ayuda a saber cómo retrasar el envejecimiento la columna vertebral (los discos espinales), una de las principales causas de la aparición del dolor de espalda, se anunció hoy.
En un comunicado, el investigador y Médico de Emanho Emanuel Novais explica que se trata de un tratamiento con «fármacos senolíticos», que hace que las células buenas permanezcan y se eliminen los «más», retrasando finalmente el envejecimiento de la columna vertebral y la degeneración de los «discos».
Para Emanuel Novais, las soluciones y tratamientos disponibles actualmente son «todavía escasos y no siempre con los mejores resultados».
«Las soluciones que tenemos disponibles actualmente para malestares de la columna vertebral son la reducción del dolor con analgésicos o, en casos más severos, la intervención quirúrgica. Es decir, no hay ningún fármaco que pueda prevenir la evolución de la enfermedad y ser una solución terapéutica», dice.
El investigador, durante su tesis doctoral y a través de la investigación en la Universidad Thomas Jefferson (EE.UU.), decidió explorar diferentes formas de aliviar la degeneración del disco intervertebral.
Según él, este fue el primer estudio en realizar un tratamiento a largo plazo con fármacos senolíticos en ratones.
«Los resultados indican que los animales tratados con estos fármacos tienen un menor grado de degeneración de la columna vertebral y el disco intervertebral con la envoltura. Además, tuvieron mejoras significativas en la fuerza muscular, la inflamación de la sangre y la calidad ósea. Finalmente, no observamos efectos secundarios que nos alerten de la falta de seguridad en el uso de estos medicamentos», dice.
Para Emanuel Novais, la «gran clave» del proyecto fueron los fármacos senolíticos, más concretamente un cóctel de dos sustancias (dasatinib y quercetina), que permitieron eliminar y disminuir las células senescentes en el disco y, de esta manera, reducir o estresar que estas células inducen localmente.
«Es decir, al hacer que las células buenas permanezcan y se eliminen las ‘más’, terminamos retrasando la degeneración del disco», agrega.
Emanuel Novais acaba de terminar su tesis doctoral, en la que también cabe este trabajo, fruto del MD/PhD, un programa en el que los estudiantes de medicina de la Universidad del Miño pueden tomar un descanso del curso y realizar un doctorado en dos universidades de Estados Unidos (Thomas Jefferson y Columbia), pudiendo finalizar el curso como doctores y doctorados.
Los niños que viven en áreas con más vegetación tienen menos alergias
Investigadores del Instituto de Salud Pública da Universidad de do Porto (Ispup) concluyeron que los niños que viven en áreas con más vegetación tienen menor sensibilidad alérgica, y la exposición a estos espacios es protectora del desarrollo de enfermedades.
En un comunicado a la agencia Lusa, Inês Paciência, investigadora del Instituto de Oporto, dijo hoy que el estudio, publicado en la revista científica Science of the Total Environment, tenía como objetivo «evaluar la cantidad de vegetación y la proximidad a los ríos y el mar alrededor de los hogares infantiles y el desarrollo de la sensibilización alérgica».
«Los estudios publicados sobre el impacto de los espacios verdes en el desarrollo de la sensibilidad alérgica en la infancia no son concluyentes», dijo Inês Paciência, primera autora del artículo.
La investigación, que involucró a 730 niños de la Cohorte generación XXI (Un Estudio longitudinal de Ispup) que viven en el Área Metropolitana de Oporto, se desarrolló en dos enfoques diferentes.
«Por un lado, evaluamos la cantidad de vegetación y la proximidad a los ríos y al mar a lo largo del tiempo, desde que los niños nacieron hasta los 10 años, y por el otro, hicimos una evaluación de la sensibilidad alérgica de los niños a la edad de 10», aclaró.
En el caso de los espacios verdes y azules, los investigadores utilizaron imágenes satelitales y el atlas de agua, respectivamente, y para evaluar la sensibilidad alérgica de los niños, utilizaron una evaluación física y otra clínica (muestreo de sangre).
«Encontramos que los niños que viven en un área o área con más vegetación en los 500 metros alrededor de sus hogares tienen una menor sensibilización alérgica en comparación con aquellos que viven en un área con menos vegetación», enfatizó.
Según el investigador, de los 730 niños involucrados en el estudio «el 40% tenía sensibilización alérgica».
«Cuanto mayor es la cantidad de vegetación, menos probable es que estos niños desarrollen sensibilización alérgica», explicó.
A pesar de ser uno de los objetivos de la investigación, el equipo del ispup no fue capaz de correlacionar la existencia de espacios azules alrededor de los hogares infantiles con el desarrollo de la sensibilización alérgica.
«Efectivamente, no verificamos una asociación que fuera significativa. A diferencia de las zonas verdes, en relación a las zonas azules no podemos ver si los niños disfrutan y buscan estos espacios para pasar algún tiempo», reveló.
Destacando que la » presencia de áreas verdes tiene un efecto protector «en los niños y frente al» aumento creciente de enfermedades alérgicas y respiratorias», Inês Patiência defendió la necesidad de planificación urbana para apostar por la construcción de estos espacios cerca de áreas residenciales.
«Es uno de los mensajes de este estudio, la promoción de la existencia de espacios verdes en zonas residenciales. También es crucial involucrar a los ciudadanos en su mantenimiento y promoción», agregó.
Para Lusa, Inês Patiência también dijo que el equipo tiene la intención de continuar otras investigaciones, es decir, comprender la influencia de los espacios verdes en el desarrollo de la enfermedad alérgica en el tiempo y cómo la existencia de estos espacios puede cambiar la cantidad de contaminantes en el aire en las áreas urbanas.
La investigación, desarrollada en el ámbito de la Unidad de Investigación Epidemiológica (EPIUnit), surge en el ámbito del proyecto Exhalar XXI, del ISPUP, que busca estudiar la relación entre el entorno urbano y las enfermedades alérgicas en niños.