Internacional
Brasil preparado para alimentar «parte sustancial de la humanidad»
El embajador de Brasil en Lisboa dijo hoy que su país está cada vez más preparado para alimentar una parte sustancial de la humanidad, y que ya lo hace «con la observancia de estrictos estándares ambientales y sanitarios».
«Brasil juega hoy un papel crucial en la producción global de alimentos. Incluso durante la crisis que vivimos, el campo brasileño redobló esfuerzos y viene alcanzando resultados muy satisfactorios en términos de aumento de la producción, con efectos visibles sobre nuestra balanza comercial», afirmó Carlos Alberto Simas Magalhães.
El diplomático, en un artículo publicado en la primera edición del boletín Agro sustentable, que la Embajada brasileña lanzó hoy, agregó:»Fruto de esos esfuerzos, Brasil está en condiciones, cada vez más, de alimentar una parte sustancial de la humanidad, y ya lo hace con la observancia de estrictos estándares ambientales y sanitarios».
«El diálogo con los actores relevantes en nuestros principales mercados nos ayuda a entender la evolución de las percepciones y expectativas en este ámbito, y a adoptar siempre las mejores prácticas en ese sentido», subrayó.
La Embajada de Brasil en Lisboa lanzó la primera edición del boletín Agro Sustentable, iniciativa similar a la promovida por la Embajada brasileña en Londres, una publicación que pasará a ser enviada periódicamente a medios de comunicación social y a instituciones relacionadas con el agronegocio.
Según Carlos Simas Magalhães, uno de los objetivos de la publicación del boletín «es mantener al público europeo y portugués satisfactoriamente informado de los esfuerzos continuos del Gobierno brasileño para conciliar la conservación del medio ambiente con la expansión de la producción de alimentos».
Para el diplomático, el Código Forestal, vigente en el país desde 2012, y el» ambicioso » plan de Agricultura de bajo Carbono son algunas de las pruebas de las preocupaciones ambientales.
«Resultado de esos esfuerzos y de esa orientación histórica, que atraviesa gobiernos, llegamos a 2020 con el 66% de la vegetación nativa preservada. En el Amazonas, esta cifra asciende a un impresionante 84%. Son datos que contrastan con imágenes y narrativas equivocadas, que desafortunadamente ganan terreno junto a determinados órganos y sectores de opinión, y que es importante contrastar con hechos», subrayó el embajador.
La primera edición del boletín cuenta con un artículo del ex ministro de Agricultura de Brasil (entre 2003 y 2006), Roberto Rodrigues.
El agronegocio en Brasil es designado como uno de los sectores que más ha contribuido para la deforestación de la Amazonia y otras zonas de Brasil.
El viernes, según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, vinculado al Gobierno de Brasil, las alertas de deforestación en la Amazonia brasileña cayeron un 21% en agosto frente al período homólogo de 2019, pero aún son elevadas, ya que el resultado es el segundo peor desde 2015.
De acuerdo con esos datos fueron registradas nuevas áreas deforestadas en 1.359 kilómetros cuadrados de la Amazonia brasileña, frente al récord de 1.714 kilómetros cuadrados contabilizados en agosto de 2019.
En los primeros ocho meses de este año, las alertas de deforestación disminuyeron un 4,94% en el Amazonas en comparación con el mismo período del año pasado, alcanzando un total de 6.099 kilómetros cuadrados.
La organización no gubernamental World Wide Fund for Nature Brasil (WWF-Brasil) indicó en un comunicado que las cifras de agosto «no son suficientes para revertir la tendencia de crecimiento de los incendios» en el bioma (conjunto de ecosistemas), que «se alimentan de la materia orgánica» producida por la deforestación.
«Quien deforestó ahora va a necesitar quemar para ocupar el suelo, y septiembre es el segundo mes más seco de la Amazonia y una de las últimas oportunidades para hacerlo», lo que ayuda a entender por qué» los incendios aumentaron un 85% en los primeros 10 días » de este mes, indicó Mariana Napolitano, gestora del Programa de Ciencias del WWF-Brasil.
La Amazonia brasileña registró 29.307 incendios en agosto pasado, frente a los 30.900 en el mismo mes de 2019, que fueron los peores de la última década y generaron una ola de indignación internacional, que no se repitió este año con la misma intensidad.