Vida y Estilos
Los mejores ejercicios para luchar contra la obesidad
Que la obesidad es una condición médica clasificada como un problema de salud mundial es bien sabido. Y que la práctica habitual del ejercicio físico tiene una influencia muy positiva en el bienestar físico y mental, también.
Lo que un estudio de la Universidad de Taiwán ha revelado son las actividades más eficientes en la lucha contra esta enfermedad crónica.
La investigación se llevó a cabo con 18.000 participantes, de edades comprendidas entre los 30 y los 70 años, pertenecientes a una base de datos de Investigación biomédica China.
La publicación se realizó en la revista PLoS Genetics y concluye que la mejor manera de ejercer el control a través del ejercicio físico será, en primer lugar, con actividades como el jogging, seguido de ciclismo de montaña, hiking/trecking, marcha atlética, ciertas modalidades de baile y, por último, Yoga.
Según los autores del estudio, para las personas cuya genética les hace tener sobrepeso, estos deportes reducen significativamente el índice de masa corporal. Sin embargo, su práctica debe ser regular: unas tres veces por semana durante al menos 30 minutos.
El principal investigador de este estudio concluye además que otras actividades, como el ciclismo y la natación, no previenen los efectos de la genética en la obesidad.
La cuestión de la obesidad es compleja y se deriva de la interacción de factores genéticos y medioambientales. Lo que este estudio aporta de nuevo es que alinea una recomendación específica sobre las actividades físicas más adecuadas para los que padecen obesidad.
Las cifras nacionales son alarmantes: según la Fundación Portuguesa de Cardiología, en Portugal casi la mitad de la población tiene sobrepeso y cerca de un millón de adultos padecen obesidad.
La Organización Mundial de la salud la considera incluso una «epidemia». Se Sabe que esta enfermedad crónica afecta a la longevidad y a la calidad de vida y puede favorecer la aparición de enfermedades como la diabetes de tipo II, la hipertensión arterial, los problemas cardiovasculares, la dislipidemia (condición en la que hay niveles anormales de lípidos en la sangre) o incluso el cáncer.