Salud
¿Colesterol al límite? Los 7 cambios dietéticos que debes hacer ahora
El colesterol es una grasa comúnmente considerada perjudicial para la salud del sistema cardiovascular. Sin embargo, este «peligro» ocurre solo si los niveles de colesterol son demasiado altos, ya que en los llamados niveles normales es una sustancia fundamental y beneficiosa para el funcionamiento óptimo del organismo.
«El colesterol es fundamental para la producción de vitamina D, que aumenta la absorción intestinal de calcio e interviene en la regulación del humor, de ácidos biliares, que auxilian la digestión, y en la producción de diversas hormonas, como las hormonas sexuales y el cortisol. Tiene también una importante función estructural, encontrándose presente en las membranas de todas nuestras células. El colesterol es producido por nuestro organismo y debe también ser obtenido a través de la alimentación, en una dosis máxima de 300mg/día», explica un artículo publicado en el sitio web de la Fundación Portuguesa de Cardiología (FPC).
Sin embargo, el problema se da cuando los índices de colesterol, total y LDL (también conocido como ‘colesterol malo’) son excesivamente elevados.
Según la FPC, las LDL son sustancias portadoras de una enorme cantidad de colesterol del hígado a los tejidos de los músculos y de los órganos para que éste pueda ser usado. Si están en exceso, tienden a acumularse en las paredes de los vasos sanguíneos, lo que a su vez puede provocar el desarrollo de un proceso inflamatorio.
Los niveles de LDL se consideran normales cuando son inferiores a 115mg/dl, mientras que los valores de HDL (también conocido como colesterol «bueno») deben ser superiores a 35mg/dl en hombres o 45MG/dl en mujeres, para poder proteger eficazmente el corazón.
He aquí, de acuerdo con la Fundación Portuguesa de Cardiología, siete cambios que debe hacer en su alimentación para reducir los índices de colesterol ‘malo’:
1. Aumentar el consumo de vegetales;
2. Garantizar el consumo de 2 a 3 piezas de fruta por día;
3. Cambiar los cereales y derivados de cereales refinados por versiones integrales;
4. Aumentar el consumo semanal de pescados grasos y disminuir el consumo de carne, prefiriendo las carnes blancas y siempre quitando la piel y toda la grasa visible;
5. Incluir en la alimentación semillas, frutos oleaginosos y legumbres;
6. Prefiere el aceite de oliva, los aceites vegetales y las cremas vegetales sobre la manteca de cerdo y la mantequilla;
7. Evitar la ingestión de productos de charcutería, de productos de pastelería y confitería, snacks dulces y salados y de otros productos procesados ricos en grasas saturadas y trans y azúcares.