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VOLVEREMOS A LA SEMANA TRANCA
¿Estamos ante una generación sin límites?
El 28 de marzo de 2021 preguntaba ¿LOS JOVENES DE AHORA SON DE OTRO PLANETA? ¿QUIENES SON LOS JÓVENES DE HOY? ¿CÓMO DESDE SU INDIVIDUALIDAD, MIRAN LA SOCIEDAD QUE LES TOCA VIVIR Y COMO HACERLA DE ELLOS?
El Estado, los padres hacen algo por los jóvenes, sabiendo que ellos representan un recurso humano importante dentro de la sociedad, que actúan como agentes de cambio social, desarrollo económico y progreso, con percepciones de un tiempo de cambio? Seguro que no.
En pysnnoticias en una fecha como hoy me preguntaba ¿Cómo viven los jóvenes la Semana Santa en nuestro país? Y revisando los diarios de Lima, concluía que las nuevas generaciones se han caracterizado por romper los esquemas de las sociedades tradicionales. La que antes era la semana más respetada, ahora para muchos, es el momento de descansar, parrandear y de dedicarse a hacer lo que les da la gana.
La generación actual, no saben lo que es una reunión en familia, de cumplir con nuestra Fe, por falta de orientación en casa y en la escuela, no tiene la más mínima idea del significado de estas fechas. Para ellos es «rojo» en el calendario y eso tiene otra connotación: Diversión, “Orgia”, «desenfreno», paganismo al aire libre, etc. etc.
La Semana Santa tiene cuatro días en los que no hay trabajo, estudio o cualquier actividad que hace parte de la cotidianidad de una persona, en los que se puede hacer planes para descansar y en los que por supuesto tanto la mente como el cuerpo se oxigenan. El año pasado señalaba que, en el estado de emergencia por la pandemia decretado por el gobierno, ni siquiera se podrá ir por las tardes de vía crucis en la iglesia, la bendición del agua y el fuego, el sermón de las siete palabras que son escuchadas por personas que lo disfrutan, mientras que los demás invierten su tiempo libre en eventuales hostales al aire libre con ”francachelas y encerronas” su deporte desmesurado.
Este cambio de paradigma hace algunos años viene afectando a nuestra comunidad católica. Aún estamos en emergencia por el covid 19, los jóvenes no reparan en esto, no inviertan su tiempo para meditar en Semana Santa, para que sea un encuentro consigo mismos, un momento de reflexión en el que puedan evaluar su vida y tomar decisiones?
Las costumbres obligatorias ya fueron -no vayan a pensar que soy un santo- este mensaje que les hago llegar en el momento propicio, es para puedan repensar en la vida y tomar decisiones. Seguro que “es aburrido que te digan qué pensar y qué decir todo el tiempo en Semana Santa”?
«Los tiempos han cambiado y más allá de sermones lo que más interesa a los jóvenes es entender la espiritualidad pero desde su perspectiva. Pero cuál perspectiva?».
Esa es la consecuencia lógica de la época alocada en la que vivimos, los jóvenes no reciben los sermones de la misma manera, ahora lo que prima es la capacidad de convencerlos de la importancia de la espiritualidad con otras herramientas. Los padres no son como los de antes, tampoco son ajenos a esa nueva percepción de sus hijos. La mayoría, señala que “es muy difícil convencerlos de asistir, porque no se sienten identificados con algo que desde niños se les ha repetido. Por más que se les inculque que en esta fecha lo mejor es reflexionar y compartir sin necesidad de dejar de lado la diversión”.
El mundo no se va a acabar como para dar riendas a sus esnobismos de estilos, instintos salvajes y atrevidos, juergas, etc, los jóvenes tienen la necesidad de encontrar un mejor horizonte que le dé sentido a su vida, para encontrarse consigo mismo, para pensar en la familia, en la amistad y el amor. La Semana Santa es un excelente momento para eso, y no pensar en la semana tranca…
EL CAMPISTA: Él no es tan religioso como para realizar las actividades que caracterizan la época, pero tampoco tiene tanto dinero como para irse de viaje a un lugar exótico. A última hora el Campista anima a sus amigos y empaca sólo lo necesario para aventurarse a donde lo lleve un bus.
EL TRABAJADOR: Hay jóvenes a los que en la época de Semana Santa les dejan muchas tareas y por ende se sacrifican para realizarlas. El ahora héroe no malgastará su tiempo en viajes o salidas pues sabe que necesita aprovecharlo al máximo, en ese caso esa semana se verá reducida a trabajo y uno que otro almuerzo familiar.
EL NOSTÁLGICO: Existen jóvenes que se toman muy a pecho la semana de pasión de Cristo, ellos realizan absolutamente todas las actividades que caracterizan los días Santos y además se ven las clásicas películas que datan la vida de Jesús.
EL PARRANDERO: Este tipo de jóvenes ve la Semana Santa como una época para rumbear, protagoniza las ‘borracheras’ más feas del año y con varios días de anterioridad cuadra con sus amigos las salidas a discotecas más populares de su ciudad.
EL VIAJERO: Un mes antes de Semana Santa, el Viajero ya sabe en qué hotel se va a hospedar y cuántos recuerdos va a comprar porque tiene la cantidad de dinero necesaria para olvidarse del trabajo o de la universidad por unos días. Además, publicita su viaje cada vez que puede.
EL RELIGIOSO: El Religioso respeta y cumple con disciplina cada costumbre religiosa de Semana Santa e invita a sus amigos a hacerlo, aunque no le hagan caso. Para él, irse de retiro espiritual es lo máximo. Su cronograma, evidentemente, no contempla la ingesta de carne roja ni el consumo de música estridente. El Religioso recorre las iglesias el Jueves Santo, participa de los vía crucis y desde el Domingo de Ramos cuelga en su cuarto una tradicional palma. Todos le tienen cariño porque pide perdón por sus pecados, y también por los de los demás.
EL PÁJARO LOCO: Este es el mas bravo, mejor no lo digo, pero ustedes saben a que me refiero.