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La ‘epidemia silenciosa’ de desaparición de mujeres en el Perú

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Cada año, miles de mujeres desaparecen en Perú y poco o nada se sabe acerca de su paradero; nuevo gobierno prometió recientemente que el tema sería una de sus prioridades.

Al final de la tarde del 18 de enero, Dominga Román, de 46 años, dejó su casa en el distrito de Sayán, en el Centro de Perú y nunca regresó.

Algunos dicen que fue a una fiesta con una amiga, otros, que la vieron más tarde en una parada de autobús e incluso hay informes de que estaba caminando por una calle determinada o que se subió a un taxi.

«Nadie nos dijo realmente lo que sucedió. Han pasado seis meses y todavía no sabemos nada, DÓNDE ESTÁ, qué le ha pasado a mi madre», dice Oriana Romero, hija de Dominga, una de las cientos de mujeres que han desaparecido en el país hasta ahora este año, A BBC News Mundo, el servicio de noticias en español de la BBC.

«Entramos con una denuncia a la policía y yo estaba haciendo las búsquedas por mí misma. Con una foto, pedía información por todas partes. Pero ahí vino la pandemia y con el confinamiento no pudimos seguir buscando y, hasta hoy, nada sabemos el paradero de ella», dice.

Eliana Revollar, defensora pública especializada en derechos de la mujer, afirma a la BBC Mundo que el caso de Dominga no es el único: con la llegada del coronavirus al Perú, la búsqueda «ya deficiente» de mujeres desaparecidas fue suspendida.

Según ella, se trata de una «epidemia silenciosa» que ya afectaba al país antes de la llegada de covid-19.

«Tanto es así que hemos visto que incluso el nuevo gobierno tuvo que reconocerla como una prioridad», dice Revollar.

A principios de agosto, el nuevo Primer ministro, Walter Martos, prometió ante el Congreso, durante su juramento, que el Gobierno abordará el tema de la violencia de género y anunció el lanzamiento de un Registro nacional de personas desaparecidas dentro de los 40 días.

«La lucha contra la violencia contra las mujeres es una prioridad de este gobierno. No podemos seguir tolerando estos flagelos contra los derechos no sólo de las mujeres, sino contra los valores con los que se basa nuestra prevalencia armoniosa», dijo.

ESTADÍSTICAS DISPARES

Ahora un informe de la organización de Estados Americanos (OEA) afirma que no existen datos confiables en la región sobre mujeres desaparecidas, la Defensoría Pública del Perú dice que «la situación en el país es crítica y probablemente se encuentre entre las peores de América Latina».

En ausencia de un registro actualizado de mujeres desaparecidas, nadie sabe con certeza cuántas desaparecen cada año en Perú.

Según Revolver, la Defensoría Pública y el Ministerio de la mujer intentaron contabilizar por contra práctica las desapariciones con base en informaciones de denuncias policiales.

En uno de sus últimos conteos, en julio pasado, que causó gran repercusión en la prensa, la Defensoría Pública peruana registró cerca de 915 denuncias de mujeres desaparecidas durante la cuarentena, de las cuales el 70% eran de niñas y adolescentes.

Poco después, el Ministerio de la mujer dijo que había registrado cerca de 1,2 mil desapariciones desde el inicio de la cuarentena hasta julio.

Sin embargo, los datos proporcionados a BBC News Mundo por el Ministerio del Interior indican que las desapariciones registradas durante la cuarentena fueron más del doble de lo indicado por la Defensoría Pública y el Ministerio de la mujer.

Según el registro, del 16 de marzo al 30 de julio de 2020, la Policía Nacional del Perú (PNP) recibió 4.448 denuncias de desaparición de personas, de las cuales 2.766 (62%) de mujeres.

Con estas cifras y a pesar del estricto confinamiento que experimentó el país durante estos meses, un promedio de al menos 20 mujeres desaparecieron todos los días.

IMPACTO DEL CORONAVIRUS

Después de la divulgación de los datos de la Defensoría Pública y del Ministerio de la mujer, el asunto pasó a calentarse en los medios de comunicación del país.

Pero las cifras oficiales a las que BBC News mundo tuvo acceso indican que, durante el confinamiento, el número total de desapariciones fue en realidad inferior al del mismo período del año pasado.

Entre el 16 de marzo y el 30 de julio de 2019, el PNP registró 9.175 denuncias de desaparición de personas, de las cuales 5.594 (62%) correspondían a mujeres, según el Ministerio del Interior.

«Si comparamos con el mismo período del año anterior (2019) el número es menor con 4.727 casos de diferencia», indica la agencia.

Katherine Soto, fundadora de la ONG mujeres Desaparecidas, que presta asistencia a familiares de mujeres desaparecidas, dice creer que la disminución en el número de desapariciones hace un cuadro distorsionado de la realidad, pues se debe a una reducción de las notificaciones, causada, a su vez, por la situación sui generis de emergencia de la pandemia este año.

«Durante la cuarentena no había mecanismos para hacer tales notificaciones. La gente no podía dejar sus casas para ir a la policía, por lo que el número real es probablemente mayor que el oficial», dice.

«A menudo, el hecho de vivir con el agresor también impidió que se realizara la notificación. Muchos casos de violencia sexual en el hogar se registraron durante la cuarentena y son casos cometidos por personas que viven en el mismo hogar, principalmente contra niñas y adolescentes», agrega.

Según el Ministerio del Interior, las denuncias de violencia contra las mujeres aumentaron mes a mes a medida que avanzaba la cuarentena.

«Si se registraron 7.669 casos en abril, en mayo el número aumentó a 11.808 y en junio llegó a 14.404 «, informó la carpeta.

En este sentido, Revollar asegura que la Defensoría tiene evidencia de un aumento en el número de muertes violentas de mujeres con el avance del confinamiento.

«Tenemos registros de un promedio de 102. De ese total, 60 con características de feminicidio. Entre esos casos, 19 fueron denunciados anteriormente como desaparición y después los cuerpos fueron encontrados», afirma.

«Estamos diciendo que alrededor del 18% de las mujeres desaparecidas en el primer semestre en el país son víctimas de feminidio», explica.

¿DÓNDE ESTÁN LAS DESAPARECIDAS?

Además de las notificaciones hechas por familiares, las instituciones no saben con certeza lo que sucede con la gran mayoría de las mujeres que desaparece en Perú.

«No hay un número real de lo que ha sido la tendencia, o que está detrás de ella, porque no hay un registro nacional actualizado y funcional que cuenta dijo», dice Soto.

«Tampoco sabemos cuántas de las mujeres fueron reportadas como desaparecidas fueron encontradas», agrega.

Según Soto, el gobierno peruano no pudo crear un sistema que refleje la desaparición de personas en el país hace 17 años, a pesar de una ley aprobada para este fin en 2003.

De acuerdo con los datos proporcionados a BBC News mundo por el Ministerio del Interior, del total de desapariciones notificadas entre enero y julio de 2020, el PNP registró 550 casos de personas localizadas, de las cuales 386 eran mujeres, lo que implica que más de 2 mil de ellos permanecerían con paradero desconocido.

Sin embargo, las autoridades asignan parte del problema con los números a los familiares, que no informan cuándo se encuentra la persona, previamente considerada desaparecida.

«Cuando ocurre la desaparición, la población denuncia lo ocurrido a la Policía Nacional», explica el Ministerio.

«Sin embargo, en la mayoría de los casos, cuando la persona comparece por medios propios o es localizada por la familia, no se dirigen a la Policía Nacional para cerrar el caso, por eso continúan figurando en los autos del PNP como personas desaparecidas», añade el órgano.

«La Policía Nacional, en el marco de la implementación del Sistema de búsqueda de Desaparecidos, ha trabajado en la transparencia de esa cifra.»

Según Revollar, la falta de datos oficiales precisos sobre el número total de desaparecidos en Perú muestra «la falta de mecanismos eficaces para su búsqueda y los problemas de abordaje que presentan las investigaciones».

Soto, a su vez, dice que cree que la investigación de las desapariciones de mujeres no debería terminar cuando se localizan.

«Las razones que conducen a la desaparición, lo que está detrás de esto, deben ser investigadas. Es necesario someter a la víctima a exámenes médicos y psicológicos, dar acompañamiento y apoyo si es necesario», defiende.

El Ministerio de la mujer se encarga de prestar apoyo y atención a los desaparecidos encontrados vivos y a sus familias. BBC News Mundo se puso en contacto con la carpeta, pero no obtuvo respuesta hasta la conclusión de este informe.

DENUNCIAS

Oriana, 23, dice que después de la desaparición de su madre, recibió el apoyo de un delegado de la policía local, pero que gran parte de la búsqueda, mientras que podía, tuvo que hacerse por su cuenta.

«Vivo en Lima, a tres horas en autobús desde Sayán. Ahora que puedo viajar, Quiero seguir buscando, pero tengo miedo de subirme no a los autobuses y enfermarme de coronavirus. Tengo dos chicas», agrega.

Según Soto, esa es la realidad de muchos familiares de desaparecidos en Perú: en la mayoría de los casos, tiene que hacer la búsqueda por su cuenta, es a través de quejas y solicitudes de ayuda en las redes sociales, es pidiendo de casa en casa o de ciudad en Ciudad.

«Lo primero que enfrentan los familiares cuando van a hacer la denuncia es una combinación de prejuicio y sexismo. Los policías asumen que salieron con novio o por su propia voluntad. Después, después de pasar los años, son consideradas muertas y las búsquedas, interrumpidas», dice Soto.

«Estamos hablando de una estructura institucional que ha naturalizado la desaparición de las mujeres», agrega.

El Ministerio del Interior, a su vez, considera que «el rechazo de las denuncias son hechos aislados, pero de ninguna manera pueden ser justificados».

En opinión de Revollar, la incertidumbre sobre el paradero de miles de desaparecidas muestra que » hay violencia estructural de género en Perú «y que»las desapariciones son una de las formas más generalizadas».

«Por eso, nosotros de la Defensoría, defendemos que las desapariciones sean legal y oficialmente vistos como una forma de violencia contra las mujeres y que sean tratados como tales, porque, muchas veces, detrás de una desaparición, existe un acto de violencia», concluye.

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