Elecciones
LOS MIEDOS, LAS CREENCIAS Y LAS ELECCIONES
El 26 de enero del 2020, más de 24 millones de peruanos han sido convocados nuevamente (en el 2018, participaron en las elecciones municipales y regionales, así como en el referendo) a elecciones, en éste caso, son las complementarias para decidir quiénes serán los 130 parlamentarios que durante 18 meses (o menos), participarán en ese poder del estado.
Pero tanto la convocatoria como su cronograma precipitado, son mensajes que la población asume (las encuestas arrojan a más del 60% de los votantes que no han decidido su voto) con escepticismo y desinformación. Incluso el ente rector electoral el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) solicitó al Ministerio de Relaciones Exteriores que invite a diversos organismos internacionales para que participen en los comicios de enero del 2020 como observadores (26 de octubre del 2019) ; indudablemente que el propósito era el de “validar” las mismas, y legalizar el golpe autocrático del 30 de setiembre del año fenecido.
Según se informó en la oportunidad ( octubre del 2019 ) el ente electoral, consideró el pedido de incluir representantes de la Unión Europea (UE), la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Interoamericana de Organismos Electorales (Uniore), el Centro de Asesoría y Promoción Electoral (Capel), la Asociación Mundial de Organismos Electorales (Capel), la Asociación Mundial de Organismos Electorales (Aweb) y el Instituto Carter. ¿Pero por qué el ente electoral los solicita, y porqué a tantos entes internacionales? Cuando en las elecciones generales del 23 de octubre del 2019 ( tres días antes del pronunciamiento del JNE) en Bolivia, alrededor de 200 observadores internacionales de la Organización de Estados Americanos (OEA), Unión Europea (UE) y de la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore) participaron ;a la fecha , habiéndose pronosticado una situación conflictiva del mismo. Ya ingresaron al país 100 observadores de la OEA, y tres días antes de los comicios llegan 30 más de la Conferencia Permanente de los Partidos Políticos de América Latina- COPPAL y centenares de veedores más. Es decir, muchos más testigos electorales que puedan ratificar en sus informes el desenvolvimiento del acto y participación ciudadana.
Pero el “guardar las formas “del tribunal electoral del estado, trae el recuerdo del año 2000 y la salida negociada entre la misión de la OEA y los representantes de la dictadura de Fujimori con participación legitimada del Congreso de ese entonces, que, si viabilizó una salida democrática, a diferencia de la que se obtuvo después del golpe de estado 92, por más que las condiciones actuales tengan similitud con los hechos y estrategias autócratas de esa época.
¿Por qué los miedos y que debemos creer de estas elecciones?
Enero, 02 del 2020 SANTIAGO BARREDA ARIAS