Economía y Negocios
Propuesta alternativa de Boris Johnson para Brexit elimina backstop
Downing Street ya ha revelado el plan alternativo del primer ministro británico para Brexit que, si es rechazado por Bruselas, aparece como último recurso para evitar una salida abrupta de la UE. El plan de Boris Johnson elimina backstop y deja a Irlanda del Norte fuera de la Unión Aduanera.
El esperado plan alternativo de Boris Johnson para Brexit, que ya se publicó en la página oficial de Downing Street, aleja el polémico backstop( cláusula de salvaguardia para evitar controles rígidos en la frontera irlandesa), pero implica una frontera aduanera entre Irlanda e Irlanda Del Norte, y los líderes europeos siempre han rechazado esta última posibilidad.
Este Plan B, que el primer ministro británico ha advertido esta mañana de ser la solución de último recurso para evitar un Brexit sin acuerdo el próximo 31 de octubre, aporta una serie de enmiendas al Acuerdo de salida ya tres veces rechazado en la Cámara de los Comunes. En una carta dirigida al presidente de la Comisión Europea, también del gobierno británico, el líder del Partido Conservador advierte a Jean-Claude Juncker de que la falta de acuerdo representará un «fracaso» del que «todos seremos responsables».
Johnson recuerda que queda» muy poco tiempo » para que Londres y Bruselas alcancen un compromiso y, como tal, el primer ministro del Reino Unido presenta un plan de cinco puntos que, además de eliminar el mayor obstáculo a la aprobación de un acuerdo de salida por la Cámara de los Comunes, deja al conjunto del Reino Unido, incluida Irlanda del Norte, fuera de la Unión Aduanera.
Se recuerda que backstop preveía el mantenimiento de Irlanda Del Norte de la Unión Aduanera con los 27 Estados miembros restantes de la Unión Europea y la continuación de la adaptación del Reino Unido a las normas del mercado único Europeo hasta que ambos bloques firmaran un acuerdo comercial. La propuesta que ahora presenta Boris Johnson mantiene a Irlanda Del Norte en línea con las normativas comunitarias, pero la deja fuera de la Unión Aduanera.
Por otra parte, el plan de Johnson prevé la creación de dos fronteras: una frontera reglamentaria para el comercio de bienes industriales, agrícolas y alimenticios entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte; y una nueva frontera aduanera entre Irlanda del Norte e Irlanda. La propuesta subraya que no habrá ninguna infraestructura física para llevar a cabo estos controles de la comercialización de bienes entre las dos bandas, y reitera el objetivo de recurrir a los avances tecnológicos para salvaguardar este objetivo.
Estas garantías se deben precisamente a la preocupación de Londres de plantear una de las mayores preocupaciones de Bruselas, que consiste en evitar controles fronterizos rígidos en la frontera irlandesa. Un dato relevante ya mencionado por la prensa británica se deriva del hecho de que no existe en el mundo ninguna frontera no física capaz de garantizar esos controles al intercambio de bienes.
Además, dado que el Reino Unido en su conjunto abandonaría la Unión Aduanera con la UE, habría que realizar controles a ambos lados de la frontera irlandesa, lo que siempre ha sido rechazado por Dublín. Johnson quiere también crear una zona reglamentaria común para toda la isla irlandesa que establezca el marco para el comercio de todos los bienes. Y para satisfacer las exigencias de los unionistas irlandeses (DUP), el primer ministro garantiza que cualquier acuerdo sobre reglamentaciones deberá ser aprobado previamente por la Asamblea norirlandesa.
El plan del eurocético gobierno británico se compromete también a respetar los acuerdos de paz del Viernes Santo, a promover una colaboración entre Londres y Dublín en las zonas fronterizas.
El plan de Boris no suscita entusiasmo
Antes de que se conociera el plan oficial, El Telegraph ya había avanzado con lo esencial de las ideas de Boris Johnson. A este respecto, Esta mañana el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, consideraba que las medidas «no son prometedoras» y no parecen poder servir de base para un acuerdo.
También Juncker, que todavía hoy va a mantener una conversación telefónica con Johnson, ha considerado que hay «algunos puntos problemáticos» en el nuevo plan, pero el presidente de la Comisión Europea se ha negado ya a «rechazar» las ideas del primer ministro británico, entre otras cosas porque continúan las conversaciones entre los equipos de ambas partes.
Un portavoz de Michel Barnier, jefe de la misión negociadora de la UE para el Brexit, dijo este miércoles por la mañana que evaluaría «objetivamente» el plan de Boris Johnson, advirtiendo de inmediato que cualquier amenaza a la integridad del mercado único Europeo (libre circulación de personas, bienes, servicios y capitales) o la existencia de cualquier posibilidad de una frontera rígida entre las dos Irlandas merecería la reprobación por parte de los líderes europeos.
Internamente, el Secretario General Laborista y líder de la oposición, Jeremy Corbyn, ya ha dicho que el plan de Johnson «no es aceptable» y la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon (SNP), ha considerado que es un plan «diseñado para fracasar».
Por parte de Johnson, sólo el DUP, cuyos 10 diputados ayudaron a rechazar el Acuerdo de salida negociado por la ex-primera ministra, Theresa May, con Bruselas, se muestra a favor de este plan alternativo.