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Vargas Llosa a votar por Keiko en segunda vuelta para que Perú no llegue al abismo
El premio Nobel de Literatura publicó la semana pasada en El País (España), un artículo en el que pide a los peruanos dar su voto a la hija del dictador Alberto Fujimori, encarcelado por violación de derechos humanos. “Representa el mal menor y hay, con ella en el poder, más posibilidades de salvar nuestra democracia”, dice la publicación. El texto de Vargas Llosa es un llamado contra el izquierdista Pedro Castillo, el candidato que ganó en la primera vuelta y cuya victoria definitiva significaría, según el escritor, la instauración de una “sociedad comunista” en el país latinoamericano.
El “garante”, nos trata como carneros, afirma que los peruanos votaron mal en la primera vuelta de las presidenciales por eso pide que “no dupliquen el error”. Que Pedro Castillo, es “de extrema izquierda en el campo económico y de extrema derecha en el social”. Reprueba las ideas de Castillo con relación a temas como su propuesta de acabar con la minería en el país para resguardar el medio ambiente. “Querer acabar con la minería, que es la riqueza de los Andes peruanos, es una temeridad sin precedentes, hija de la pura ignorancia, que sofocaría una de las fuentes básicas del desarrollo nacional”.
Si Castillo, con semejantes ideas, llega a tomar el poder en la segunda vuelta electoral, dentro de un par de meses, no volverá a haber elecciones limpias en el Perú, donde, en el futuro, aquellas serán una parodia, como las que organiza de tanto en tanto Nicolás Maduro en Venezuela para justificar su régimen impopular”, que de ganar Castillo, vaticina “un golpe de Estado militar a corto plazo” como respuesta al modelo que impondría el izquierdista. Hoy “Fujimori tiene la oportunidad, única, de tomar el poder a través de elecciones limpias y de contar con una ancha base social y popular para hacer las reformas necesarias que conviertan al Perú en un país justo, libre y moderno”.
Particularmente no me llama el comportamiento del “garante de los garantes”, después de avalar a presidentes corruptos como en los casos de Alejandro Toledo, Ollanta Humala, PPK, Vizcarra y Francisco Sagasti, y nunca pidió perdón al pueblo peruano de tamaño error. El 14 de diciembre de 2019, publiqué en pysnnoticas “Vargas Llosa, el garante de los garantes”:
El escribidor de los banqueros y la oligarquía apestosa, de vez en cuando mete su cachará en la política local, solo para tirar barro con ventilador al presidente Alan García, que está muerto y no puede defenderse. Pero, eso no le interesa a Vargas Llosa, a pesar de saber el papel ridículo que hace con el afán de querer tener la razón en todo, esta es una de las perdiciones de quien se mete a la política, sin ser político. No se necesita ser político a tiempo completo para ir con esa tendencia, pero hay tantos cara de palos hasta debajo de las piedras, que se hacen refinados cuando tienen los reflectores y micrófonos.
Ahí está Donald Trump y el escritor Mario Vargas Llosa, más conocido por sus poses mediáticas que por su obra, y al ser premio Nobel, hace su papel ridículo.
A la propuesta de estatización de la banca por Alan García, 1987, fue traído por los banqueros para entrar en escena y aparecer a la cabeza de la oposición que se había conformado a esta medida de gobierno. Desde el movimiento anti-estatización “libertad” se enfrentó al presidente García.
Vargas Llosa y sus aliados conformaron “Libertad”. Sobre la ideología liberal, que se estudiaba a partir de la coherencia ideológica que le dio al movimiento, lo que permitió la unión del “escritor” con algunos banqueros, oligarquía e intelectuales que fueron influyentes dentro de este, y a partir del Movimiento Libertad, el liberalismo se volvió hegemónico entre las élites económicas e influyentes de la sociedad peruana.
Apabullado y desconcertado por la descomunal y millonaria campaña electoral, el “escritor” renuncia una y otra vez; pero los banqueros le hicieron comprender que era el único que podía salvar sus inversiones y Vargas Llosa volvió al redil para enfrentarse en 2da. vuelta a un “chinito” que nadie conocía y le ganó las elecciones con ayudín de Alan , por eso la bronca.
Vargas Llosa, vocero de las élites rancias, oírlo presumir, alardear de liberal hechura del primer mundo; Made in España, si viviese en Perú, no tendría el mismo concepto. Qué haría Vargas Llosa santón de las buenas conciencias en “La Catedral”, después de “La Fiesta del Chivo”, bailando con “La Tía Julia” en “La Ciudad y los Perros”? ¿Cómo pez en el agua”? Haría las mismas metidas de pata como garantizar a corruptos y aventureros a la presidencia del Perú? Nadie da puntada sin hilo.
¿Cuál es la faceta insulsa, senil, del político frustrado, del escribidor, premio nobel, alguna vez incoherente con su realidad y raíces? ¿Cuál fue el vergonzoso papel de su vida? En 1983 se perpetró un homicidio de siete periodistas y su guía en Uchuraccay, poblado de Ayacucho; la región sufría un asedio en dos frentes, por un lado el terrorismo de Sendero Luminoso, por el otro la fuerza militar del régimen.
a) El poblado estaba en manos de policías y militares, los periodistas investigaban el previo asesinato de varios campesinos, se ignoraba si habían caído a manos de senderistas o del ejército.
b) Poco después los periodistas desaparecieron; luego vino el macabro hallazgo de sus restos (victimados a golpes de hacha y metidos por partes en cuatro ataúdes); el hecho desató protestas en Perú y América Latina.
c) El presidente Belaúnde nombró una Comisión Investigadora, tres personas, entre ellos Mario Vargas Llosa, quien actuó como presidente y encargado de redactar el reporte del grave suceso.
d) Como método infalible, aceptó como única y válida la versión dada por los mandos militares; el “Informe Vargas Llosa” dictaminó que los periodistas fueron muertos por comuneros locales al confundirlos con “terroristas”, y listo.
e) De paso aprovechó para vender a la prensa estadounidense y europea tal reporte como artículo in situ, que lo situó como todo un redentor de la democracia; inteligente el escritor, se la sabe todas!!!
f) Lo de Vargas Llosa era un tremendo maquillaje al gobierno de Belaúnde, la realidad era otra. Las afirmaciones en tal “informe” fueron cuestionadas por familiares de las víctimas, y después desechadas por la justicia peruana, cuando al fin pudo actuar tras retirar el cerco impuesto por los militares.
g) El circo se vino abajo al darse a conocer fotografías captadas por el reportero W. Retto, uno de los asesinados, encontradas meses después de la masacre; que mostraban a los periodistas hablando con los comuneros.
h) Quienes los mataron eran otros. En noviembre de 1984, el juez Ventura Huyhua tomó el caso, decidió enjuiciar a Vargas Llosa, lo desmintió y encarceló en la ciudad de Ayacucho; el presidente Belaúnde y algunos parlamentarios entraron en su defensa cuando abogados y familiares de los caídos, pedían que se le enjuiciara también por haber iniciado una campaña de desprestigio contra los jueces, y pretender intimidar al tribunal que investigaba el crimen en Uchuraccay.
i) Vargas Llosa refirió la razón del crimen con un recurso entre literario y antropológico: un Perú moderno y un Perú profundo. Nunca ha aceptado haberse equivocado en su papel de esclarecedor: “Todos somos culpables”; y menos admitió haber hecho negocio con semejante suceso en su tierra natal; está en su derecho, en especial por vivir en España desde 1992.
j) El mismo derecho tienen los deudos de víctimas y decenas de organizaciones civiles, para señalarlo como protector de castas militares e iniciador de la estrategia que aplicaría Fujimori, al instaurar “aldeas estratégicas contra la subversión” –a su vez antes probadas en Vietnam o en América Latina desde el siglo XVI.
Como vemos Vargas Llosa tiene dos facetas: El garante que todo lo sabe y su palabra es ley y el escribidor, como esfinge que reza por dentro y casi fuera de sí: “¡Tengan miedo… prepárense para lo peor… con el Apra y el fujimorismo que se han levantado el Perú en hombros… como siempre ciego, necio y torpe, los corruptos y aventureros son aquellos que Vargas Llosa, garantizó.
¿Dónde habrá quedado quien hizo posible “La tía Julia y el escribidor” como gran retrato de su tiempo? Esas guaripoleras que se arañan apenas lo tocan, sin darse cuenta que ese que presume de demócrata y que nunca se equivoca, que escribe para cubrir apariencias y celebrar las glorias de países decentes, parece querer ser recordado más como albacea de la elite de los banqueros, la oligarquía y su encubridor.
El enemigo acérrimo del fujimorismo hoy pacta con la corrupción.
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