El Congreso sin rostro

Al inicio los vimos con mascarillas sin saber quiénes eran y ni siquiera sabemos qué harán muchos de ellos; ahora no les ha quedado otra que sesionar virtualmente y trabajar desde sus casas como el resto de los peruanos. Muchos congresistas se conectan desde sus cocinas, otros desde sus habitaciones, ajenos a una realidad para la cual deben legislar.

Ya comenzaron a partirse las bancadas, atacan a las AFP, piden impuesto a la riqueza, buscan una Asamblea Constituyente, aceptan la renuncia de una vicepresidenta que alguna vez tuvimos y una sarta de disparates, como la posibilidad de postergar las elecciones generales y tantas otras barbaridades con asuntos que al país no le importan.

Lamentablemente, los congresistas sin rostro siguen porfiando al destino histórico del Perú con una supuesta “agenda país” que no pasa de algunas buenas voluntades y otras llenas de populismo.

Salvo honrosas excepciones que siempre habrá, valiosos congresistas contados con los dedos de las manos, el resto pasará sin pena ni gloria puesto que, ni el recuerdo de sus caras tendremos de los famosos “congresistas sin rostro”. Hasta la próxima semana.

Por: Iván Torres La Torre. (*) Abogado

(*)Abogado

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